viernes, 10 de junio de 2011

MENSAJES ENVIADOS Y RECIBIDOS CON EL INSTITUTO ARGENTINO DE CIENCIAS GENEALOGICAS. - GLOSAS.

Srs. Miembros del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas.

Con fecha 26 de mayo ppdo. solicité realizar un debate personal con el sr. M. Sánchez sobre el tema por él iniciado de la filiación de Juan de Dios Rawson. Recibí una respuesta impensada, agraviante e inaceptable fechada el 27.5.11. Contesté a mi vez el 29.5.11 solicitando la publicación de los tres mails. Como no he tenido respuesta alguna no obstante haber transcurrido ya más de diez días , y para no entrar en el juego infantil de “vos lo dijiste”, “yo no lo dije” y “el que lo dice lo es” sino por el contrario darle a esta cuestión el marco de absoluta seriedad que merece les transcribo los mensajes intercambiados. Como no pocos de Uds. estuvieron presentes tanto en la conferencia de M. Sánchez y de mi charla subsiguiente (sesiones de septiembre y octubre 2010) y saben del agua corrida desde entonces sabrán juzgar sobre la verdad o falsedad de las afirmaciones de uno u otro texto. Permanezco listo y predispuesto para concurrir a cualquier convocatoria que al efecto se me haga. Reciban mis afectuosos saludos. Mariano Manuel Espina Rawson.-

 - 26 de mayo de 2011.
Srs. Miembros de la Comisión Directiva del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. En conocimiento de que el sr. M. Sánchez ha ofrecido aportar al Instituto información y documentación sobre el tema de la filiación de Juan de Dios Rawson y dado todos los acontecimientos ocurridos desde su presentación de septiembre ppdo. ofrezco confrontar  con él directamente, en debate público, en una de las reuniones de nuestro Instituto dando así realización, en vivo y en directo, al contacto que se intentó en oportunidad de mi exposición subsiguiente a la suya sin éxito. De ser aceptada solicito se coloque una pantalla para pasar imágenes y la posibilidad de grabar todo el debate. Saludo a uds. atte. Mariano M. Espina Rawson.

Nota: pensé, ingenuamente, al igual que más de un miembro del Instituto como de la Comisión Directiva con quienes conversé, que este ofrecimiento iba a ser recibido con satisfacción. Hubieran tenido todos la ocasión de presenciar el encuentro y sacar cada uno sus propias conclusiones. Recibí la siguiente respuesta:


- 27 de mayo de 2011.
Estimado Eduardo (Oliver Muro)
Te ruego le hagas llegar a Mariano Espina Rawson el e-mail.


Sr. Mariano Espina Rawson.

De nuestra mayor consideración: En su momento y a raíz de la publicación del Diccionario Biográfico y Genealógico de San Juan de la Frontera, 1700-1900 por parte del Sr. Marcelo Ignacio Sánchez, en el cual y en sus páginas 371 y 372 se refiere a la filiación de Don Juan de Dios Rawson con aseveraciones con las cuales usted no coincidía, decidimos a su pedido realizar una confrontación de documentos en una de las reuniones mensuales del Instituto.

Desgraciadamente el Señor Marcelo Sánchez por razones particulares no pudo asistir a su disertación, por lo cual la tribuna del Instituto quedó a su disposición en su totalidad.
En ella si bien usted aportó anécdotas, tradiciones orales familiares, no presentó ni un solo documento que se refiriera a la filiación de D. Juan de Dios Rawson, y sobretodo ningún solo documento de reconocimiento por parte del presunto padre ni de sus presuntos medios hermanos.

En esa ocasión quedamos que usted aportaría tales documentos y que ese informe se publicaría en el Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Yo por mi parte realizaría todo lo que estuviera a mi alcance para que el Señor Sánchez publicara también en nuestro Boletín todas las pruebas que obraran en su poder referente al tema en cuestión.

En un acto que al menos debemos señalar como desleal (grave injuria) usted publicó en un blog un artículo al que denominó “Tradición vs chismografía aldeana” la información que nos trasmitió en su conferencia al que sumó algunas fotografías familiares. Nada aportó en materia documental en lo referente a la filiación en cuestión. No ha presentado usted ningún documento que diga porqué un Señor llamado D. Juan de Dios Martínez, natural de San Juan hijo natural de Da. Mercedes Martínez que se casa en Mendoza el 28 de noviembre de 1855 con Da. Elisarda Guiñazú pasa a llamarse Rawson en fecha imprecisa. Dice usted que toda la sociedad argentina aceptó que D. Juan de Dios Martínez era hijo natural de Amán Rawson, entonces porqué el 28 de Noviembre de 1855 sólo podía llamarse Martínez y no Rawson?

Usted tuvo la oportunidad de exponer sus pruebas, y de publicarlas en el Boletín del Instituto. Dejemos que el Señor Marcelo Ignacio Sánchez haga su aporte al problema filiatorio en cuestión y recién entonces saquemos nuestras conclusiones.

Saludo a usted muy atentamente. Diego Jorge Herrera Vegas. Presidente.


30 de mayo de 2011. (las pocas palabras en cursiva son agregados al texto original con el solo objeto de hacer más claro mi pensamiento. No implican ninguna tergiversación ni cambio de concepto, solo lo profundizan).

Sr. Diego Herrera Vegas (Presidente del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas).

De mi consideración:

Mis disculpas si se da una falla técnica en el mail. He tenido que iniciarme necesariamente en él gracias al sr. M. Sánchez pero todavía soy como de las cavernas. Tomo nota  que  rechaza ud. mi solicitud de realizar un debate personal  con el sr. Marcelo Sánchez.  Pensé que mi pedido iba a ser recibido con beneplácito porque permitiría aclarar, blanco sobre negro, algunos puntos originados por las afirmaciones consignadas en su “Diccionario Genealógico”. Me doy cuenta ahora que ésta debe ser  la razón por la cual se niega su realización. Gran alivio para M. Sánchez! Le haré llegar a M. Sánchez el ofrecimiento para llevarlo a cabo donde quiera, preferiblemente en San Juan.

Paso ahora a responder punto por punto su mail del 27.5.2011. Afirma ud. que a mi pedido  decidimos realizar una confrontación de documentos en una de las reuniones mensuales del Instituto”. Del decidimos no opino porque no tuve arte ni parte ni se quiénes son los que decidieron, yo solo había pedido hacer uso de la palabra para responder las afirmaciones que por escrito y de palabra había realizado M. Sánchez, basadas solo sobre “dichos”,  sobre mi bisabuelo Juan de Dios Rawson y así se me concedió (me pregunto qué documento  podían pedirle a Sánchez si no había mencionado ninguno ni ha presentado ninguno hasta la fecha y han pasado casi nueve meses). Al llegar al salón el día de mi exposición me encontré con que se había colocado una pantalla. Muchos de los presentes me preguntaron si iba a pasar algunas imágenes. Les respondí que no y le pregunté a  ud. a qué se debía ese montaje. Me respondió que era para darle la posibilidad a M. Sánchez de intervenir en mi exposición. Le respondí que no admitía ninguna interrupción durante la misma sin que esto significara que finalizada la misma, al igual que cualquiera de los presentes pudiera tomar parte libremente del “tercer tiempo” acostumbrado de preguntas o manifestaciones personales. De todos modos que yo sepa, se trataba de un procedimiento absolutamente inédito en las conferencias del Instituto y del cual me enteré a mi llegada. No se si algún otro miembro que no fuera ud. o Esther Soaje de Ortiz de Rosas estaba enterado con anterioridad. En todo caso yo, el conferenciante, me enteré recién al inicio de mi charla.

Afirma que no presenté “ni un solo documento que se refiriera a la filiación de D. Juan de Dios Rawson y sobre todo ningún solo documento de reconocimiento por parte de su presunto padre ni de sus presuntos medios hermanos”. Falsa la primera parte y cierta la segunda. Recordará ud. que estaba sentado a mi lado, que informé y exhibí por ejemplo la publicación ordenada por la Comisión de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson” que a fines de la década del 20 del siglo pasado presidió los actos que culminaron con la inauguración de su monumento. En esa publicación la Comisión consignaba, en resolución adoptada por unanimidad, que Rosa Rawson de Cardozo, Josefina Rawson de Belgrano y “el Cnel. Juan de Dios Rawson, que combatió en las filas de nuestro glorioso Ejército en la guerra contra el tirano del Paraguay”, eran “ramas descendientes del Dr. Amán Rawson y troncos todos de calificadas familias de esta Capital y en nuestra Provincia”. De Juan de Dios se consigna expresamente que es hijo “del Dr. Amán Rawson y de doña Mercedes Martínez”. Esta Comisión estaba constituida por setenta y nueve (79) miembros, la gran mayoría de ellos sanjuaninos de la generación inmediatamente posterior a la de Guillermo y Juan de Dios,  y por consiguiente sus padres, contemporáneos de ellos por lo que deberían tener conocimiento directo del tema. Entre sus miembros varios eran parientes, según me dicen, de M. Sánchez. Era también segundo vocal de la misma el Dr. Marcelino Herrera Vegas, que me dicen, es su abuelo. Si se le pasó por alto el detalle le puedo hacer llegar un ejemplar.

Con respecto a la segunda parte nunca prometí aportar “ningún solo documento de reconocimiento por parte de su presunto padre” (que muere inesperadamente joven de 53 años y a los 13 o 14 de Juan de Dios justo cuando este se muda de San Juan a Mendoza) “....etc.” por que no lo tengo y así lo he consignado en todos mis trabajos sobre la descendencia de Amán Rawson. Miembros de la familia Maurín me dijeron que se hizo una información para su ingreso al Ejército lo que es presumible porque sino habría que inferir que el apellido Rawson le tocó en suerte en un bolillero. Pero si da la casualidad que le correspondía no había otra alternativa, en aquellos años, que la de ser hijo de Amán. Como he escrito,  en su foja de servicios, en toda la cual Juan de Dios apellida Rawson,  ese documento no se encuentra. Si lo hubiera tenido obviamente que no me lo hubiera guardado en el bolsillo sino que lo hubiera exhibido en primer término. Y aún en ese caso tampoco sería una prueba definitiva de su filiación ya que el expediente podría haber sido “amañado” como lo son algunas partidas de bautismo cuyo contenido no se corresponde con la realidad como todos sabemos. Si se utilizara el método que ud. aplica tan generosamente a Juan de Dios, muchas notorias familias de muy antigua data en la Argentina se verían privadas de su apellido.

En esa ocasión quedamos que ud. aportaría tales documentos y que ese informe se publicaría en el Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas”. Absolutamente falso y de esto son testigos todos los que asistieron y guarden memoria de lo que se dijo o no se dijo (1). Puede que aquí la memoria le haya jugado una mala pasada transfiriéndome a mi una promesa que hizo ud.:  hacerme llegar en pocos días el acta de casamiento de Juan de Dios Martínez (dato confirmado por Juan Nazar en ese momento),  que por otra parte nunca cumplió. Por el contrario  Guillermo Collado Madcur de San Juan me hizo llegar no solo el acta sino todo el expediente matrimonial con rapidez sorprendente en los primeros días de abril ppdo. (2). Ya al día siguiente de mi exposición Edgardo Acuña (por intermedio de Jorge Vera Ortiz) me había enviado la fotocopia del bautismo de Emilia Virginia (27.12.1859)  una de las hijas mayores de Juan de Dios donde éste efectivamente usa el apellido Martínez de su madre (lo he publicado en negrita en la nota 21 de mi artículo de www.rawsonaman.blogspot.com) que ud. dice haber leído. No bien terminada mi charla Ernesto Spangenberg se me acercó y me sugirió que la publicara en el Boletín. Este fue el motivo para que  lo incluyera a Ernesto en la nota final en la que manifestaba mi agradecimiento por ciertos gestos, informaciones y razonamientos que recibí de varios amigos. Hablamos informalmente dos o tres veces más sobre el tema sin que nunca me comprometiera yo a nada ni quedáramos en concreto en nada. El mejor testigo que tengo de ello, y diría que casi el único, es el mismo Ernesto Spangenberg. Con ud. nunca intercambié una sola palabra desde mi charla asi que si alguien le ha informado algo al respecto, es tal miente. Creo que la única vez que me volví a encontrar con ud. fue en la misa de fin de año del Instituto en donde, si mal no recuerdo, intercambiamos solo un escueto saludo. Yo finalmente accedí, siguiendo el consejo de varios amigos, a que me abrieran un blog donde podría expresar mis argumentos y razones con total libertad, solo con los límites que la caballerosidad, la elegancia y el buen gusto imponen. Pero como la cuestión, dados los orígenes de la misma podría tomar carices ríspidos, aunque ajustados por mi parte a la estricta verdad de lo dicho y sucedido, me pareció que lo más conveniente era no comprometer a amigos o terceros en la controversia y afrontarla de forma absolutamente personal.  

En cuanto al aporte de documentos por mi parte, como ya he dicho no poseo más que los informados (hasta ahora,  aunque en realidad no les concedo mucha importancia). Si esto es así deberá reconocer ud., y como no tengo la menor duda que  se considera un hombre de honor que procede de buena fe, que la acusación que  me hace de haber actuado yo con deslealtad se origina en un desconocimiento de los hechos o en alguna información defectuosa recibida no puedo imaginar de quién.

Dice ud. (yo Mariano Espina Rawson) que toda la sociedad argentina aceptó que Juan de Dios Martínez era hijo natural de Amán Rawson, entonces por qué el 28.11.1855 solo podía llamarse Martínez y no Rawson? Me tienta su deducción. Que toda la sociedad argentina lo aceptó no necesita que lo pruebe porque es un hecho notorio. Quizá ud. pueda darme pruebas en contrario, se las agradecería. Pero en correcta lógica la pregunta sería al revés: ¡Cómo es que un sr. Juan de Dios apellidado Martinez hasta sus veintitantos años para a ser Juan de Dios Rawson sin que sus contemporáneos ni sus presuntos medio hermanos (como ud. los denomina)  ni nadie lo haya objetado nunca? La respuesta no es muy difícil. Si se esfuerza un poquito hasta ud podría encontrarla. Si Juan de Dios hubiera sido un usurpador como lo habrían permitido en total silencio?

En cuanto al resto de su mail, en estilo cuyo nivel se ha mimetizado con el de M. Sánchez, ha asumido ud. una actitud manifiestamente parcial que le ha hecho perder la objetividad  y la ecuanimidad que debería guardar como genealogista y Presidente del Instituto por lo que  realmente no me interesa continuar con ud. un debate que se inició con M. Sánchez al cual  ud.  ahora hace a un lado y pretende tomar el lugar de primer actor, aunque quizá siempre haya sido así. En ocasión de mi exposición ud. se introdujo inesperadamente como “abogado del diablo” a favor de M. Sánchez y dijo todo lo que tenía por decir: que Juan de Dios antes de apellidar Rawson lo había hecho como Martínez. Como ahora se retracta retiro entonces el agradecimiento que le hice por haber reconocido en esa oportunidad a Amán como padre de Juan de Dios (“Pero Diego, no sabes cuánto te lo agradezco”). El diálogo entre todos los presentes se desarrolló en estilo directo y tuteándonos) reconocimiento que luego repitió implícitamente cuando, en una demostración asombrosa de conocimiento sobre la infancia de Juan de Dios, sostuvo que “sus hermanos, B. Franklin y Guillermo lo trataban como de segunda”.

De todos modos si tal es su interés le hago el ofrecimiento de confrontar el tema con ud., en debate público en una de las sesiones del Instituto, con la única condición de que se haga una prolija grabación de todo su desarrollo para luego publicarla. De lo contrario le repito doy por terminada con ud. la cuestión.  Siempre, como lo he escrito, se puede hacer un análisis de ADN que si tanto le interesa el tema podría financiar desde la fundación  que dirige. Si resultara que Juan de Dios no es Rawson me comprometo a hacerme  cargo de los costos. Por mi parte no tengo nada que demostrarme ni interés alguno de demostrarlo a otros. Tengo tanta seguridad de la filiación de Juan de Dios como de la mía. Con respecto a antepasados que no lo son míos el tema no me interesa en absoluto (por ello siempre repito que yo no me considero “genealogista”).

P.S. le solicito la publicación en el Boletín del Instituto de mi ofrecimiento de debate público con M. Sánchez, su respuesta a mi pedido y de la presente contestación a su repuesta incluyendo las notas de infra. De no acceder a la misma, que le ruego me lo haga saber con la misma rapidez con que dio respuesta a mi solicitud o al menos a la brevedad, me consideraré libre de publicarla dónde quiera y cuando quiera. Por el momento solo hago llegar copia a Ernesto Spangenberg por el papel que jugó en el intento de publicar mi artículo en el Boletín y en su carácter de Director de Publicaciones.

(1) Recuerdo entre otros la presencia de Edgardo Acuña, Aldo Beliera, Alvaro Casalins, Luis Doupou, Miguel A. Espeche Gil, Carlos Jáuregui Rueda, Manuel Leiva, Jorge Lima Glz. Bonorino. Carlos Méndez Paz, Juan Nazar, Luis Sebastián Pérez Colman, Juan Isidro Quesada, Ernesto Spangenberg, Emiliano Tagle, y Jorge A. Vera Ortiz. No menciono a las señoras presentes para no inmiscuirlas en la controversia. Apelo a la memoria de todos ellos ya que doy por descontada su integridad y hombría de bien.

(2) Collado Madcur la incluye dentro de un trabajo que tituló “Aportes para el esclarecimiento de la filiación del Cnl. D. Juan de Dios Rawson”  de fecha 30.3.2011. Juan de Dios lo inicia como natural de San Juan e hijo natural de Da. Mercedes Martines. El padre no es mencionado. Guillermo Collado Madcur me consiguió también las partidas de los dos primeros hijos donde, obviamente el apellido de Juan de Dios es Martines: un Juan de Dios – que debe haber muerto sin llegar al año, y Franklin de la Esperanza. En el b. del cuarto de los hijos (mi abuelo Manuel, b.1861), al igual que seis más, Juan de Dios, ya ingresado en el Ejército,  apellida Rawson. Por otra parte Franklin como Emilia Virginia sobrevivieron, llegaron a grandes, fueron conocidos siempre y casaron llevando el apellido Rawson. Si al Instituto le interesara la publicación de todas estas partidas las pongo a su disposición. 
Nota final: hasta hoy 9 de junio de 2011 hora 14,50 este mail no fue contestado.

                                                     
Dado el rechazo al debate propuesto hice llegar personalmente la invitación a M. Sánchez la invitación que les he hecho conocer con fecha 7.6.11. Acabo de conocer su respuesta al Instituto (9.6.11) aceptando el debate pero condicionándolo a su paladar no como yo lo había propuesto totalmente libre y requiriéndole que lo lleváramos a cabo en un marco de absoluta seriedad y responsabilidad. En una palabra no lo acepta. Creo que todo está dicho. Veré la posibilidad de que tenga que aceptarlo en terreno judicial, "donde podrá aclararnos qué es lo que afirma y qué es lo que niega de la filiación de Juan de Dios y aportar como prueba todo lo que le dijo o no le dijo la genealogista Lucrecia Devoto de Godoy, mi amiga y fallida tía (según ella me lo contó pero no me pidan que lo documente porque no tomé la precaución de certificarlo notarialmente)". 

"Por otra parte mi ofrecimiento de debatir el tema es definitivo y permanente asi que si el muchacho toma coraje yo estaré donde quiera y cuando quiera cinco minutos antes de que él llegue (el ideal sería aquí en la Capital donde él dio inicio a la controversia o en San Juan donde nacieron los hijos de Amán). Incluso le ofrezco otra alternativa al debate: poner entre paréntesis la cuestión de la filiación de Juan de Dios y analizar como trata toda la descendencia de Amán Rawson donde puedo demostrar contra su proclamación sobre la seriedad de sus investigaciones, que sus afirmaciones son inconsistentes, indocumentadas y contradictorias y en consecuencia ni siquiera ha habido investigación.

Transmítanle sus amigos o conocidos por favor esta invitación. De todos modos si tampoco acepta y el tema resulta interesante para algunos puedo debatirlo o exponerlo sin su presencia física pero si con todo lo que consignó en su Diccionario y en los elegantes mails que hizo circular al respecto. Pero a cada cual lo que le corresponde. Aparte del tema Rawson quiero dejar constancia que considero que su Diccionario es una obra valiosa que marca todo un hito en la Genealogía Argentina que viene a llenar un gran vacío como es la génesis de la población antigua de San Juan de la Frontera.

Es importante en tanto y cuanto ha reunido una información impresionante de datos pero su mérito se reduce a eso, algunos amigos me han señalado errores pero no se puede dudar que en un grandísimo porcentaje sus datos tienen que ser verídicos. Yo mismo he sacado provecho de ello porque me ha dado el marco familiar donde he encontrado la veracidad histórica de viejas versiones familiares sobre mi tatarabuela Mercedes Martínez.

En nuestra tierra todo lo que comienza tiene su fin. Aquí parece que vamos llegando a él. Nuevamente la negativa al debate. Todas las cosas que hacemos y decimos, todos nuestros gestos que como seres humanos expresamos son como huellas digitales que vamos dejando de nuestra personalidad. M. Sánchez en su mail nos muestra su autorretrato: nos exhibe con nitidez su buen gusto, su delicada distinción, la seriedad y coherencia de sus dichos y actitudes, y sobre todo su coraje.

Ha encontrado ahora la excusa de que lo he insultado en mi artículo de mi blog, cosa que antes no había advertido porque con ciertas condiciones estaba, según decía, dispuesto al debate. Ahora sigue presto para aceptarlo pero diferencias socio-culturales se lo impiden. O sea que al final no acepta. Esta última excusa es un poco ridícula en si misma. Sería necesario para cualquier debate establecer la paridad de los participantes. Llama más la atención en tanto se proclama católico (apostólico romano?) dado que esa condición debiera impedirle toda discriminación. De todos modos en este tema coincido totalmente con él.

Las diferencias son palmarias y se han hecho más evidentes a medida que se fue desarrollando el no debate. No lo he insultado y mucho menos a ningún miembro de su familia que me merecen en tanto no conozco a ninguno el mayor de los respetos, solo tengo referencias de aquellos parientes suyos que como miembros de la Comisión de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson publicaron allá por 1930 que el "Cnl Juan de Dios Rawson era hijo del Dr. Amán Rawson y de Doña Mercedes Martínez". Merecen toda mi estima al igual que el sr. Horacio C. Videla también integrante de dicha Comisión. Sánchez estimará por el contrario que eran ignorantes,  que falseaban la verdad o que simplemente mentían? Si veo que continúa haciendo afirmaciones que no se sostienen en nada ("ya que como vemos en el caso de Juan de Dios Martinez o Rawson, todo está lleno de interrogaciones, donde casi nada es verdad"). No comprendo como con tal poder de fuego y teniendo enfrente solo “meros chismeríos” (sic) no se decide al debate.   

Pero que afirme que "no huye a ningún debate" solo es una tomadura de pelo a si mismo. En algun sin embargo tendrá que hacerlo. Bueno, chau. No puedo creer que tengan paciencia para seguir con esto".  

THE END

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