Acerca de la seriedad de la investigación de Marcelo I. Sánchez sobre la descendencia de Amán Rawson y en particular sobre el Cnl. Juan de Dios Rawson. Artículo publicado en el Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas (T° 32, n° 264, mayo-junio 2011, págs.75/80. Mi artículo sobre el mismo tema en págs. 52/74). Me refiero a Márcelo I. Sánchez con las siglas MS, a su “Diccionario Biográfico y Genealógico de San Juan de la Frontera” con DByG. y a mi mismo como MER. Las citas textuales de su trabajo en cursiva. Julio de 2011.
Me aconsejaban que diera por terminada la controversia con MS ya que basta la lectura de su último trabajo para caer en la cuenta de su inconsistencia y de sus permanentes contradicciones. Pero ponerlas en evidencia era una tentación irresistible y no era cuestión de aparecer como abandonando el campo. Además el chisme tiene patas cortas pero en su periplo de vida dispone de más parlantes y hace más ruido que la verdad, amén de contar a priori con oídos atentos, predispuestos a dar fe de su veracidad, agrandarlo y difundirlo con gran ardor, asi que había que salirle al cruce. Eso si, como puede considerarse que MS ha volcado en él todo lo que podía, y al rechazo a tres invitaciones a sostener un debate público (dos a MS y una a Diego Herrera Vegas, presidente del Instituto Argentino), doy con estas líneas por terminada la discusión con él y queda abierta para cualquiera que quiera hacerlo con objetividad y buena fe. Y repito una advertencia: se circunscribe exclusivamente a lo que ha escrito sobre la descendencia de Amán Rawson el análisis y los calificativos que me merece el artículo de MS.
A manera de síntesis digamos que su trabajo, acicateado por las omisiones, interrogantes e incoherencias que yo le señalé en el mío (principalmente págs. 58/59) aporta, como novedad, dos documentos inéditos: el bautismo de Adolfo el hijo de Guillermo Rawson, y la existencia de otro hijo natural de Guillermo que no debe haber superado la infancia (ver cap. 4). Da la impresión que la búsqueda se ha llevado a cabo con el apresuramiento determinado por circunstancias apremiantes. Sobre Juan de Dios nada nuevo (a), pero si diferencias impactantes con sus afirmaciones anteriores en su DByG. Lo trato en el capítulo 1. Abre también el panorama suavizando lo disparatado de sus afirmaciones y esa actitud lo lleva a coincidir conmigo en más de un concepto. Luego en cinco capítulos más me extiendo sobre diversas consideraciones que me merece el trabajo de MS, entre ellas con lo que se ha transformado en mi obsesión: la obsesión de MS con Juan de Dios, ampliada últimamente a todo el linaje Rawson. Finalizo con una visión general de cómo se desarrolló este “debate”, desde mi punto de vista.
(a) - MS menciona el acta de casamiento de Juan de Dios y los bautismos de sus hijos Franklin y Virginia, donde Juan de Dios es todavía mencionado con el apellido Martínez de su madre. A estos documentos me referí yo expresamente en nota 21 p. 71 y nota 2, p. 84 (esta última en mi contestación a Diego Herrera Vegas). En consecuencia MS, con relación a Juan de Dios, nada nuevo ha dicho ni tiene que decir a la genealogía.
Capítulo 1 - Qué dijo en DByG (pág. 372) y qué dice ahora.
En las líneas que MS le dedica a Juan de Dios Rawson en su DByG sostiene que “otros genealogistas lo dan (a J. de Dios) equivocadamente como hijo natural de don Amán Rawson y de Mercedes Martínez”. Esta sentencia se afirmaba sobre dos premisas (repetidas dos veces con cuatro líneas de diferencia en la pág. 372):
-I. Juan de Dios fue “criado por Don B. Franklin Rawson y de Paz Mendieta” (su esposa).
Que nos dice ahora (pág.80): “Actualmente pienso que Juan de Dios Martínez, ni siquiera fue criado por Benjamín Franklin Rawson” (no dejemos pasar por alto la firmeza y la importancia del pensamiento de MS).
-II. que “la genealogista doña Lucrecia Devoto de Godoy sostenía que (J. de Dios) era el jardinero de don Franklin Rawson”.
Que dice ahora (pág.79): “mi querida amiga Doña Lucrecia Devoto de Godoy me relató que a Juan de Dios lo había criado don Benjamín Franklin Rawson, a quién le limpiaba el jardín y hacía de todo un poco” (sin embargo sino cree que fue criado en lo de B. Franklin es muy difícil creer en lo segundo: que le limpiaba el jardín,etc).
Con diferencias parciales en la primera premisa coincidían la tradición familiar, Lucrecia y MS. Ahora quedamos de un lado su “querida amiga Lucrecia” y yo, él, motu proprio, se ha colocado en la vereda de enfrente. La razón está clara, si toda la escena se desarrolla en la casa de los Rawson (recordemos además que Juan de Dios era rubio y de ojos celestes) los boletos a favor de Amán como progenitor de Juan de Dios no pagan ni 2,05.
Con respecto a la segunda premisa, Lucrecia o más bien MS, viene a coincidir casi palabra por palabra conmigo (ver I y II del p. 3, pág. 55). Del famoso jardinero Juan de Dios ha venido a convertirse en un chico como todos los demás.
Me preguntó si hay derecho a tratar a la “genealogista y querida amiga suya Lucrecia” con tal falta de respeto. Cómo puede estar poniendo en su boca hace unos meses una afirmación y nueve meses más tarde otra que le cambia totalmente el sentido a la primera? Queda la duda de si MS se da cuenta? Se da cuenta que es incompatible un chico que entre sus 7 y 14 años hace de todo un poco con un hombre que se gana la vida como jardinero? Se da cuenta? (a)
En cuanto a la conclusión (“otros genealogistas lo dan …”) ante mi interrogación sobre qué era lo que realmente quería afirmar (al inicio de mi trabajo pág. 52) como ha encontrado, después de afanosa búsqueda que podría haberse evitado de haber leído mi trabajo (b) que efectiva y documentalmente era hijo natural de Mercedes Martínez nos dice ahora (pág.75): “Por esa razón (que era hijo comprobado documentalmente de M. Martínez) sostengo que algunos (c) genealogistas se equivocan al dar como hecho cierto que era hijo natural de don Amán Rawson y de doña Mercedes Martínez” (ahora comprendemos! un fuerte aplauso, por favor!). Lo hubiera dicho de entrada en vez de su criptograma y se hubiera evitado toda esta explicación. El “al dar como hecho cierto” no figuraba en la redacción original. Es un agregado para permitirle la ingenuidad que ahora nos regala. Pero agreguemos que llega hasta admitir la posibilidad de que sea hijo de Amán (“pág.75 “existe la misma posibilidad de que sea hijo de don Amán Rawson”), remota porque también podría ser “alguno de los sanjuaninos de la época, más todos los extranjeros que pasaron en ese tiempo por San Juan” (d). Yo le pedía que me diera alguien para competir con Amán como progenitor de Juan de Dios (nota 8, pág. 66), pero MS en su profunda versación sobre el tema me ofrece a “todos los sanjuaninos de la época más todos los extranjeros que pasaron por San Juan en ese tiempo”.
Como conclusión: de las dos premisas para MS no queda ninguna y una expresión exacta y mucho más clara de su juicio la podría haber ser esta: “que los genealogistas que lo dan a Juan de Dios como hijo natural de Amán y de doña Mercedes Martínez están en lo cierto en un 50% y queda la posibilidad que sea cierto también el otro 50%” y en este caso nadie (yo tampoco) le hubiera preguntado qué quiso decir. O bien esta otra: “otros genealogistas lo dan (a J. de Dios) equivocadamente como hijo natural de don Amán Rawson y de Mercedes Martíne ya que solo está comprobado documentalmente lo segundo aunque lo primero tampoco es imposible”.
Qué pasó con los otros descendientes de Amán sobre los cuales le pedí precisiones, le señalé omisiones e interrogantes. Veamos (sus respuestas y explicaciones en cursiva):
-El Dr. Adolfo Rawson , hijo de Guillermo. En primer lugar “Debo reconocer mi error”, después “Pensé que luego de viuda …” (ver 76, III). Y finalmente “sigo creyendo” que Adolfo es hijo de Guillermo (antes sabía, ahora no lo sabe pero lo cree).
-De Josefina Rawson de Belgrano, hermana del anterior. Yo le planteaba tres preguntas sobre sus afirmaciones. Respuesta: mutis por el foro.
-De Rosa Rawson de Cardozo.” Al nacimiento de Rosa no lo busqué en profundidad porque …”. Y sigue sin profundizar porque aún no lo ha encontrado.
-De Juan Estanislao Maurín. Le hacía notar que no conocía su bautismo en el que no se menciona el padre y la madre no es la suya y sin embargo él lo hacía hijo de Amán y de doña Carmen Maurín (como es en realidad) sin objeción alguna. Pero ahora ha encontrado el bautismo y entonces al cotejarlo con su partida de matrimonio se desconcierta: “Lo que me resulta extraño es que en la partida de casamiento, 27.11.1878, figura como hijo natural de doña Carmen Maurín ¿pero no era acaso la madre que él le adjudicaba? ¿Qué es lo que le llama la atención? (En el b. figura como madre Benita Maurín) Y tan extrañado está que no puede menos que exclamar: ¿Será la maldición de los Rawson donde nada es claro?” Terrible la maldición Rawson y parece caer exclusivamente sobre los tontos.
-Y de los dos hermanos de Juan Estanislao? silencio total.
-De las omisiones y errores sobre los hijos de Manuel Rawson y Manuela Paz? silencio total.
Notas.
(a) En mi trabajo yo me preguntaba si podía ser verdad (MER, nota 10, al inicio de pág.67) todo lo que se le atribuía a Lucrecia haber dicho: I) “Juan de Dios hijo de B. Franklin” (personalmente a mi), II) “hijo de la cocinera” (a un tercero) y III) “jardinero en lo de B. Franklin” (a MS) y la única que me presentaba ciertas dudas era la segunda. Lo del “jardinero” lo daba por cierto porque no entendía que pudiera ser un invento. Hoy queda en claro que efectivamente es un invento ya que por dos veces en el DByG consigna que: “Juan de Dios era el jardinero …” pero ahora según la última versión (hasta ahora) solo se trataba del chico que “limpiaba el jardín y hacía de todo un poco”. No podemos menos que concederle a MS, con gran benevolencia y magnanimidad, el título de “Inventor” en genealogía. MS ha sido confidente genealógico de Lucrecia y no puede haber ignorado las versiones I y II pero lo disparatado y contradictorio de las mismas y por haberme yo adelantado en hacerlas públicas (MER, pág. 55/56, p. 4 y 5) lo debe haber disuadido de recurrir a ellas. A un amigo mío, que él debe recordar perfectamente, con el que mantenía diálogo genealógico telefónico, después de nuestras respectivas exposiciones sobre el tema (sept. y oct. 2011) le manifestó: “Y qué anda diciendo MER por Bs. As. Todavía no sabe todo lo que tengo por decir!”. Si alguien le puede hacer llegar estas reflexiones sería interesante que informe si las oyó o no de Lucrecia (¡todavía no sabe todo lo que tengo por decir!). Dada su apasionada inclinación por la verdad, y su aún más grande pasión para ventilarla, esperemos que no nos deje en la incertidumbre sobre todo lo que aún tiene por informarnos.
(b): seguramente no le pasó desapercibido (MS, pág.71, nota 21) pero para no quedar desairado se hace como el que no vió para después de nueve meses presentarlos como si fuera una novedad y recalca por todos lados “Juan de Dios Martínez o Rawson”. Por qué no lo dijo entonces en lugar de su criptograma y al menos sobre este punto no hubiera habido discusión.
(c) –Continuamente MS quiere, subliminalmente, hacernos pasar gato por liebre. En el capítulo siguiente trataremos lo que él llama dos tradiciones. En este caso él afirma “que algunos genealogistas se equivocan … ” lo que hace suponer que hay otros que no se han equivocado. Podría quizá indicarnos alguno de esos otros, no digo varios, ni siquiera dos, SINO UNO SOLO de los que no se equivocaron?
(d): extraña coincidencia con lo que yo había presentado como una paradoja: “podrían ser padres de Juan de Dios allá por la década de 1830 aproximadamente unos 3000 sanjuaninos que estaban en condiciones adecuadas para ello menos Amán y probablemente tampoco el obispo, o sea unos 2998 masculinos como dicen ahora”. (MER, pág. 54) pero que no se nos pase por alto que estamos ante un giro copernicano de su pensamiento, hemos pasado de la imposibilidad a la posibilidad (no menos Amán sino Amán más todos los demás).
Capítulo 2. Sobre las “dos” tradiciones de MS.
Yo digo que existe una sola tradición que rápidamente dejó testimonios escritos: la que afirma que Juan de Dios era hijo de Amán Rawson y de Mercedes Martínez. La han sostenido, no la han objetado y mucho menos contradicho cuantos investigadores, historiadores y genealogistas se han referido al tema. La familia siempre subrayó su condición de hijo natural que por otra parte era una evidencia ya que Amán casó una sola vez (con Justina Rojo el 17.3.1819). Citemos algunos de esos testimonios (en parte debida al trabajo de Guillermo Collado Macdur “Aportes para el esclarecimiento de la filiación del Cnl. Juan de Dios Rawson 30.3.2011”):
-I. En primer lugar, por su importancia, y porque produce un documento oficial, el de la “Comisión Nacional de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson”. Esta Comisión como ya lo he dicho (nota 2, pág. 71) se componía de 79 miembros, la mayoría de ellos sanjuaninos sin contar los miembros de la Comisión Honoraria, de la Comisión Consultiva y de la Comisión local de San Juan. Esta Comisión publicó una Separata al libro “RAWSON. Su Monumento” donde manifestó que descendían del Dr. Amán Rawson “Doña Rosa Rawson casada con D. Martin Cardozo y Doña Josefina Rawson de Castro, vda. de Belgrano y el Cnl. Juan de Dios Rawson hijo del Dr. Amán Rawson y de Doña Mercedes Martínez”.
-II. Horacio C. Videla que entiendo es quién MS califica de su “apreciado amigo” (pág. 79), y de quién he oído que es el historiador por excelencia de San Juan, en el t° VI° de su “Historia de San Juan”, pág. 984 lo hace a Juan de Dios hijo, (de un 2° matrimonio!), de Amán Rawson con Mercedes Martínez. Es notable que MS, que según sus propias afirmaciones manifiesta haber leído mis dos trabajos sobre el apellido Rawson, que sostiene que nunca he aportado ningún documento, haga silencio total tanto del documento (ha de creer que no existe, pero por las dudas mejor darse por no enterado) de la Comisión anteriormente citada e integrada con varios parientes suyos, como sobre la afirmación de Horacio C. Videla que también formaba parte como vocal de esa Comisión. Puede que el silencio se deba a que no parece haber muchas alternativas a calificarlos de: ignorantes o irresponsables o mentirosos. Por mi parte quiero dejar constancia de mi absoluto respeto hacia ellos dado que no habiéndolos conocido otra actitud no cabe y perteneciendo a una o dos generaciones anteriores a la mía (y algunos de ellos hijos de contemporáneos de Juan de Dios) su conocimiento del tema tiene que haber sido mucho más directo que el nuestro.
-III. Carlos Calvo (hijo de Amán Rawson). “Nobiliario del Antiguo Virreynato del Río de la Plata”, vol. 2.
-IV. Jacinto R. Yaben (de Amán y Da. Mercedes Martínez) “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, vol. 4.
-V. César Guerrero (hijo de Amán y Da. Mercedes Martínez) “Dr. Amán Rawson. Un apóstol de la medicina”.
-VI. Cútolo (hijo de Amán y Da. Mercedes Martínez) “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino”, vol.6.
-VII. Trabajo inédito sobre los Belgrano de Arturo Joaquín Belgrano Rawson, nieto de Josefina Rawson de Belgrano (hijo de Amán y de Mercedes Martínez de un 2° matrimonio!). El original de este estudio en poder de Eduardo Belgrano Rawson, conocido escritor y novelista y en mi poder una fotocopia.
-VIII. Las diferentes ramas de descendientes de Amán siempre se han reconocido mutuamente (con la rama de Rosa apenas algún vestigio por falta de contacto).
-IX. A esta lista se podrían agregar las Instituciones de la Nación, la Iglesia Católica (que lo admitió como Rawson después de tenerlo identificado con el apellido Martínez), las crónicas de los diarios e historiadores que no explicitan su filiación pero que implícitamente la admiten porque no había otra posibilidad, en 1830/33, que la de ser hijo de Amán Rawson si Rawson era su apellido por varón.
La “otra tradición”.
MS quiere forzar las cosas y convencer que existe otra tradición “otra tradición oral (a) dice que era el jardinero, criado por Benjamín Franklin Rawson” (pág.75). Hemos visto, según sus propias palabras, que en realidad no era el jardinero y que él personalmente no cree que fuera criado por B. Franklin. ¿De qué tradición oral está hablando? En realidad se refiere a un chisme (que luego transforma radicalmente) que él pone en boca, en forma muy poco elegante, de Lucrecia Devoto de Godoy y sólo de ella, que por otra parte ésta ni nadie, nunca estampó por escrito y que nada tiene que ver con la filiación de Juan de Dios.
(a) – Sería bueno que de entrada nomás MS nos explicara que es para él una “tradición oral” y que “son simples chismeríos orales” (mail al Instituto del 9.6.2011, pág. 86). Cuando es una cosa y cuando otra, al menos para él.
La única versión en contrario a la tradición, que yo conozca, me la trasmitió personalmente Lucrecia Devoto: ella creía con sencillez y franqueza que Juan de Dios era nieto de Amán, o sea hijo de Benjamín Franklin. MS la debe haber oído, pero convencido por mi argumentación en la que demuestro su altísima improbabilidad (MER, punto 4, pág. 55) nada dice de ella cuando en realidad es imposible que no lo haya oído (MS, pág.79 in fine). Él, el confidente de Lucrecia Devoto, en relación a este punto se enteró por Mariano Espina Rawson qué es lo que Lucrecia afirmaba de la filiación de Juan de Dios.
Capítulo 3. Peleando un poco con MS. En cursiva transcripciones textuales de su artículo (practicamente todo, línea por línea).
Pág. 75, I. “Espina Rawson que ha escrito sobre su bisabuelo, y que debe haber puesto en sus trabajos esta fecha de nacimiento podría indicar donde obtuvo el dato: si como genealogista lo verificó, o solo se limitó a poner lo que los otros habían dicho. Para justificar esta falta de documentación dice que encontrar el acta de nacimiento de un hijo natural es como encontrar una aguja en un pajar. Pero parece que alguno lo logró, sino ¡de donde sale la fecha?”.
Quizá sea la de su nacimiento, no? Es la que Juan de Dios trasmitió a sus hijos y nadie desmintió ni objetó. Que sentido tendría haberla inventado? Es la misma fecha (25.8.1833) que MS ha consignado (DByG, pág.372). Él como genealogista la verificó?
Yo recibí la fecha de mi tradición familiar que, al igual que el apellido, fue aceptada unánimemente sin opinión contraria (a excepción de Carlos Calvo). Por otra parte que importancia tiene? Si apareciera un documento que diera 3 o 4 años de diferencia en más (en menos imposible por la fecha de su casamiento), que importancia tiene? (sin embargo por ser “virginiano” me he referido a la fecha con detalle en la nota 15 de la pág. 69 que MS parece no haber leído).
“Pero parece que alguno lo logró, sino ¿de donde sale la fecha?”.
¿MS quiere decir que todas las fechas que atribuimos a nuestros antepasados, a nuestros próceres, se originan en sus bautismos? Y cuando el bautismo no se encuentra o no existe? Yo la recibí de la tradición unánime. Parece que MS cree que si no se encuentra el bautismo no se puede manejar ninguna fecha (como se las habrá arreglado con su DByG?). Yo encontré mi bautismo de casualidad hace pocos años, menos mal! Por las dudas consigno el dato del nacimiento para eterna memoria de los siglos venideros: en Bs. As., n. el 18.9.1934 y con esto no arriesgo que un futuro MS se interrogue sobre tan fundamental evento. Él, que es de San Juan, podría averiguar quién tiene la partida de Juan de Dios ya que da por seguro que alguien la conoce. Ese alguien no soy yo obviamente. El mismo Juan de Dios, si mal no recuerdo, en su foja de servicios manifiesta que no está “en condiciones de conseguirla”. Si MS la obtiene, por favor, que me envíe una fotocopia. En caso contrario está en libertad de suponer que Juan de Dios nació en 1810 o en 1860, como más le plazca.
-Pág. 75, II. ¿Será que la imagen del jardinero no era lo que él quería o imaginó?
La vergüenza me abruma pero cien veces peor es la incertidumbre. ¿Era el jardinero o el chico que hacía de todo un poco? Vamos a analizar nuevamente lo del jardinero pero no desde mi punto de vista como ya lo he hecho (MER, punto 3, pág. 55) sino desde la secuencia de sus propias afirmaciones:
¿Será que la imagen del jardinero no era lo que él quería o imaginó? Pero en pág. 79 ya no es el jardinero sino “el chico de los mandados”, “El cachiche, el chico que le limpiaba el jardín y hacía de todo un poco” Y a continuación (pag.80) “Actualmente pienso que Juan de Dios Martínez, ni siquiera fue criado por Benjamín Franklin Rawson” en consecuencia tampoco era el “chico que hacía de todo un poco”. No hemos quedado sin “el jardinero y sin el cachiche”.
Pero hay algo más. He afirmado (por pura tradición familiar) que Juan de Dios partió de San Juan a Mendoza a sus 13 o 14 años. MS parece tener otra fuente inédita (inexistente) ya que asegura que todavía estaba en San Juan cuando “era un muchacho de 15 años” (MS, pág. 77). Pero de todos modos deducimos que a sus diez y seis años estaba ya en Mendoza con lo que la hipótesis del jardinero contratado carece de sustento a no ser que lo imaginemos a Juan de Dios viajando dos veces por semana desde la ciudad de Mendoza para atender el jardín de la presunta casa paterna en la ciudad de San Juan (aunque MS puede objetar que sus condiciones de jardinero eran realmente excepcionales y no se podía prescindir de sus servicios).
Se queja acusándome que lo agravio personalmente así que me abstengo de calificar al que hilvana de esta forma sus pensamientos. Dejo a los que lean estas líneas y a MS mismo esa tarea.
Reconozco mis límites en muchos sentidos pero al menos no se asientan en prejuicios originados en sentimientos anacrónicos (se puede haber nacido en Roma, Paris o New York y padecer prejuicios aldeanos y se puede nacer en el último pueblito de la quebrada y ser Sócrates). Si un antepasado mío hubiera sido jardinero, gaucho matrero, duque del Palatinado o vendedor de implementos de maquinaria agrícola me da lo mismo, lo único que me importa es que es mi antepasado. También podría haber sido un héroe, un sabio o un santo pero también y mucho más probablemente dado la escasez de aquellos y la abundancia de éstos, un patán, un palurdo, un cobarde, o lo más lamentable: un imbécil y peor aún, un imbécil a tal grado que ha logrado eliminar de su ser todo atisbo de humildad. El problema es cuando a uno de estos últimos lo tenemos soplándonos en la nuca: un padre para un hijo, un hijo para un padre, un hermano (mi más sentido pésame para cualquiera de ellos), o algún prójimo que las circunstancias de la vida nos han hecho topar inesperadamente con él (en este caso no hay más remedio que taparnos la nariz y tomar la cucharada de aceite de hígado de bacalao).
-Pág. 75, III. ”Cuando ha pasado años escribiendo cosas que no sabía si existían”.
Yo no tenía idea de haber sido tan prolífico como genealogista. Sobre los Rawson, porque me urgieron a hacerlo, el artículo de GENS NOSTRA de 2006 y ahora, obligado por su DByG, el de mi blog, que ha despertado sus iras y sus infinitos porqués (publicado después en el Boletín del Instituto, n° 32, n° 264, mayo-junio 2011, págs.52/74). Le agradecería si me puede informar sobre otros escritos porque demostraría que alguien se está valiendo de mi nombre para publicar vaya a saber que cosas. Desde ya advierto que no me hago ni soy responsable.
-Pág. 75, IV. ¿Porqué nunca aclaró que no había documentación que diga que era hijo natural de don Amán Rawson, y que se trataba solo de una tradición oral?
Pero que dice en pág.80 “Mariano Espina Rawson, dice que carece de documentación probatoria de la filiación de Juan de Dios Rawson”
¿Lo dije o no lo dije? Lo menos que se le puede pedir a MS es que no caiga en contradicción consigo mismo, pero dadas las veces que incurre en ello, parece que no se da cuenta. Pero digamos que su segunda afirmación (pág.80) se aproxima más a la verdad. Yo decía (MER. nota 21, pág. 71 y citando mi trabajo anterior de 2006): “No conservo ni conozco documento de la infancia de Juan de Dios: partida de bautismo, nota escolar o lo que sea. Amigos sanjuaninos me dicen que la partida de su bautismo no existe y me pregunto (si se llegara a encontrar) si en ella se mencionara al padre o cómo fue inscripto. Porque en aquellos años, ante un hijo natural, se recurría a cualquier estratagema para disimularlo”. Parece obvio que con referencia a su bautismo e infancia no dispongo de otra tradición que la oral.
Sin embargo esa tradición oral pasó muy pronto a ser escrita y documental cuando Juan de Dios, ya oficial del ejército no tiene otro apellido que Rawson (ver su foja de servicios en el Arch. Gral. del Ejército). Yaben, en sus “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, pág. 823, cuenta la anécdota que Emilio Mitre lo asciende sobre el campo de batalla al grito de: “Viva el alférez Rawson!” (año 1860).
Más contundente es aún el testimonio de la Iglesia que lo casa y bautiza a sus tres primeros hijos como Martínez y luego lo admite como Rawson (a él y a sus dos hijos bautizados como Martínez!). Obviamente que este cambio no se realiza por la mera declaración del actor y puede suponerse que Juan de Dios tuviera a mano una copia de la información de reconocimiento que los Maurín Navarro dicen se le hizo para su ingreso al Ejército (MER, pág.59 supra) o algún instrumento que lo habilitara para ello dado que de otra manera sería incomprensible e imposible.
También como digo supra, capítulo 2, el testimonio de historiadores y genealogistas que lo han consignado en algunos casos hace ya más de cien años. Y nuevamente la advertencia: no había otra alternativa que ser hijo de Amán, en aquellos años, si Rawson era el apellido (no había otro Rawson varón ni mujer, en la Argentina de 1830 en capacidad de procrear).
-Pág. 75, V. “Solo la tradición oral sostiene esta filiación” (que Juan de Dios era hijo de Amán y Mercedes Martínez).
Novedad absoluta. Admite explícitamente por primera vez que existe una tradición en este sentido. En cuanto “solo la tradición oral sostiene …” ver capítulo 2.
-Pág. 75, VI. “En sentido opuesto (a la tradición que lo considera hijo de Amán Rawson) otra tradición oral dice que era el jardinero, criado por Benjamín Franklin Rawson”
Un disparate o un chiste de MS aunque no creo que tenga sentido del humor:
(1) No hay tradición opuesta. Aún en el caso de haber existido el tal jardinero esa situación no se opone en nada a la filiación de Juan de Dios. Podría haber sido jardinero, domador, leñador, carbonero o lo que se quiera sin que ello implique necesariamente una filiación determinada con relación a Amán ni a nadie.
(2) Un chisme no es una tradición ni se puede llamar tradición a un chisme de corta data sostenido además por una sola persona. Si un chisme fuera tradición habría cientos de tradiciones naciendo todos los días. MS mismo dice ahora por una parte no creerlo (criado en lo de B. Franklin) y por otra lo contradice (ya no es el jardinero sino el chico que se ocupaba de todo un poco).
(3) No se puede afirmar la existencia de un jardinero ni de un jardín cuidado por un jardinero a sueldo en el San Juan de 1840/47. Ver supra capítulo 1 (y MER, p.3, pág. 55). MS lo ratifica además, cuando tomándolo de mi trabajo, asegura que Juan de Dios se fue de San Juan a sus quince años. En realidad yo había dicho “entre sus 13 o 14 años”. El agrega uno o dos para acomodarlo a su conveniencia (como comentario al margen digamos que no tiene otra fuente que no sean mis simples chismeríos orales, algunos de los cuales, los acoge al pie de la letra, o como en este caso con un pequeño retoque suyo).
-MS mismo recupera un poco de cordura y escribe después (MS, pág. 79).
La cuestionada tradición oral recibida de Lucrecia está entre paréntesis. Es una versión que se corrió en San Juan. Sabemos que este tipo de tradiciones pueden a veces ser producto de pasiones y no ajustarse a la realidad, y otras veces, ser verídicas. Lucrecia sostenía, y se lo dijo a Espina Rawson y a otras personas, que Juan de Dios no era hijo natural de Amán Rawson (pero no aclara que creía que era hijo de B. Franklin, o sea nieto de Amán). Que escuchó esta afirmación, no me cabe duda Comparto con Espina Rawson que su valor puede ser relativo. Entonces MS, de Boca o de River? No se puede jugar para los dos clubs el mismo partido.
¿Que nos queda después de este análisis? El vacío. ¿Qué lo ha llevado a comportarse con tal exceso de incoherencia, falta de seriedad, ligereza y con una visible inquina obsesiva cuando trata la descendencia de Amán y particularmente a Juan de Dios? Tan evidente y manifiesta que entre los miles de sanjuaninos que identificó en toda su obra no encontró otro jardinero que Juan de Dios, de ninguno destaca que su bautismo no fue encontrado (a) ni tampoco otro al que le niegue (implícitamente) su filiación. No solo en MS, me atrevo a decir que no recuerdo en la genealogía argentina otro caso igual (b). Estamos ante un caso de doble personalidad? Existe un agravio personal o heredado?
(a) Los casos similares deben ser montones pero en su DByG sobre miles de sanjuaninos identificados solo resalta la falta del bautismo de Juan de Dios. Limitándonos a la descendencia de Amán Rawson tenemos el siguiente cuadro:
-Rosa Rawson de Cardozo, hija de Amán. MS en su DByG no lo consigna ni hace referencia alguna a su bautismo. En su último trabajo no agrega nada.
-Rosa Cardozo Rawson de Castro. MS en su DByG no lo consigna ni hace referencia alguna a su bautismo. En su último trabajo no dice nada.
-Juan Estanislao Maurín, hijo de Amán y de Da. Carmen Maurín. Para cuando escribió su DByG no lo había encontrado, ante mi demanda lo descubrió (yo ya lo conocía, tengo la fotocopia). En la partida no se menciona el padre ni la madre.
-Manuel Antonio Maurín, hermano entero del anterior. MS en su DByG no lo consigna ni hace referencia alguna a su bautismo. En su último trabajo no dice nada.
-Saturnino Maurín, hermano entero de los anteriores, MS ignora su existencia tanto en su DByG como en su último trabajo.
-Adolfo Rawson Rojo, hijo de Guillermo. Para cuando escribió su DByG no lo había encontrado. Ante mi demanda lo descubrió. En la partida no se menciona el padre ni la madre.
-Josefina Rawson de Belgrano, hija de Guillermo. Nada dijo en DByG y sigue sin informarnos nada.
-Juan de Dios Rawson, hijo de Amán y Da. Mercedes Martínez aquí MS se toma el trabajo en su DByG (pág.371) de informarnos que “este nacimiento no fue encontrado en la Iglesia de la Merced”
(b) Hemos visto si, y en más de un caso filiaciones que creíamos definitivas y que investigaciones posteriores pusieron en duda o simplemente demostraron que eran falsas, pero allí la confrontación se dió entre documentos ad effectum con otros documentos más creíbles que pusieron las cosas en claro.
-Pág. 75, VII. “Pero en honor a la leyenda y a su conveniencia, esa conjetura la presentaron como realidad”.
Esta es la exposición más manifiesta y descarnada de la versatilidad de pensamiento de MS. En pocas líneas, una a continuación de la otra, a la filiación de Juan de Dios por Amán, después de haberla calificado como “simples chismeríos orales” y ”versión” (MS, págs. 79 y 86), la asciende de categoría y le da status de “tradición oral”, luego le parece mucho y pasa a ser solo “alguna tradición oral” y sin solución de continuidad se convierte finalmente en inexistente “leyenda y conjetura” mera creación de la imaginación. Bueno allá MS y su coherencia.
“La presentaron”. Uno sólo es el que la presenta: Juan de Dios. Ocurre cuando entre los últimos días de 1859 y los primeros de 1860 pasa a apellidar Rawson en el Ejército, en la Iglesia y en todo el ámbito de la vida. Sus descendientes no presentan nada, reciben el apellido desde su bautismo (salvo sus dos primeros hijos Franklin y Virginia que lo reciben a sus dos años uno y a los pocos meses la otra).
Los que la presentaron entonces fueron Juan de Dios y sus contemporáneos cuando aún la “leyenda” no había nacido y se pasó a reconocer “oficialmente” una realidad tan antigua como los años de Juan de Dios. Las generaciones subsiguientes, entre ellos Horacio C. Videla y los parientes de MS que integraron la Comisión de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson se limitaron a repetir lo que oyeron a sus mayores.
“A su conveniencia” En qué consistiría para Juan de Dios esa conveniencia? Venía la recepción del apellido Rawson con el tesoro del Inca?
-Pág. 75, VIII. “Infantilmente Espina Rawson se enoja porque busco los antecedentes de Juan de Dios y no de Rosa Rawson, Juan Maurín o Adolfo Rawson”.
No me victimizo en este punto ni lo he hecho en toda la discusión Tanto lo del enojo como lo infantil del enojo corre por su cuenta y no de lo que escribí. Solo hice notar la dicotomía del tratamiento aplicado. Este señalamiento ha dado positivos frutos ya que ha buscado (a qué velocidad, felicitaciones!) y encontrado al menos dos documentos importantes y hasta ahora desconocidos, reconocido por él mismo (pag.80): “Si ese fue su propósito cuando discutió mi libro, pidiendo documentaciones y legajos, etc. lo felicito, está logrando que se conozca la realidad” ¿Pero no es ese el único objetivo de toda investigación? ¿No es la búsqueda de la verdad el objetivo principal de cualquier investigador en cualquier rama de la ciencia, también en genealogía? ¿Alguien puede perseguir otra meta? Yo sólo le pedía que documentara sus afirmaciones que a la época de su DByG no podía hacerlo porque no la tenía y en consecuencia tampoco la mencionó. Pero ahora como podemos ver estamos a partir de un confite, felicitaciones van y felicitaciones vienen. Y a cortés no me va a ganar: en todo lo que no está en desacuerdo conmigo, yo coincido plenamente con él. Pero no dejemos pasarle una: con relación a Juan de Dios no aportó NADA (con las mayúsculas que le gustan) y mucho menos algo que la contradiga.
-Pág. 75, IX. “aunque él (yo MER) haya creído que el 50% de los sanjuaninos son hijos naturales de (Amán) Rawson”. Yo no creo ni dejo de creer aunque la versión no es exótica. El exótico en el San Juan de 1820 era Amán (cuando Salvador María del Carril le otorga la ciudadanía tuvo que escapar de la indignación popular que la medida provocó. Digamos que por parte de la población masculina ya que la femenina, da la impresión, lo aceptó con mucho agrado). Solo repetí lo que oí de bocas sanjuaninas que por otra parte, para precisar el concepto, no se refería a los hijos de Amán sino a su descendencia actual o sea a sus cuartos, quintos o sextos nietos en cuya actual existencia, si la cosa es como me la contaron, una alícuota le corresponde a Amán. Es cansador tener que estar explicando a MS el sentido de las comas, los puntos, la palabras, las frases, los conceptos. Es cansador!
-Pág. 76, I. (a continuación de lo anterior) “Estas últimas (informaciones) pueden tener algunos errores”. Enhorabuena! Un toque de humildad siempre es positivo. MS calcula que el 30% de su trabajo puede contener errores. En realidad se juzga mucho más severamente de lo que yo lo hacía. Hablando más de una vez sobre el tema con “apreciados, estimados y queridos amigos“ (en este caso míos) yo estimaba que entre un 75 o un 80% de su DByG debe contener información verídica y comprobable. Algunos me decían que no y puede que le comiencen a llegar correcciones al respecto. En cuanto al porcentaje de sus errores, sea el que sea, el problema es que la mayoría de ellos, esfuerzo personal de MS, se concentraron en la descendencia de Amán Rawson.
-Pág. 76, II. “No es cierto lo que dice Espina Rawson, respecto a que mi interés en Juan de Dios Rawson (o Martínez), radica en el hecho de llevar ese apellido”.
Nuevamente trataré de hacerle comprender. He dicho que si Juan de Dios no hubiera tenido descendencia o si la descendencia hubiera sido anónima ni MS ni nadie se hubiera ocupado de la filiación de un muchacho que a sus 13 o 14 años partió de San Juan y nunca más volvió. En ese punto sostuve que seguramente MS no hubiera sufrido la obsesión que padece (MER, final de nota 5 de pág. 65). O sea que el caso podría haberse dado en cualquier situación análoga cualquiera fuese el apellido (por ej. Sánchez).
No obstante mantener lo anterior, con el tiempo transcurrido hoy se me hace patente que MS tiene un problema con el apellido Rawson, con los Rawson, o con algún Rawson. En su último trabajo, el que aquí comentamos, llega a hablar de ¡la Maldición de los Rawson! Si él mismo lo confirma, qué falta hace que yo agregue algo?
-Pág. 76, III. “Espina Rawson dice y muestra la documentación irrefutable que don Adolfo Rawson es hijo natural de don Guillermo Rawson”. Debo reconocer mi error”.
Segundo toque de humildad. Vamos por el buen camino! Por otro lado (padezco soberbia incurable), veo que me hace cientos de preguntas (por qué, por qué y por qué? Yo no soy idóneo ni tengo competencia para su conflicto existencial) pero no me señala ningún error y utiliza mis simples chismeríos orales en más de una ocasión.
Con Adolfo (MS, todo el centro de pág.76) comete crasos errores pero no se debe a ignorancia si no a la velocidad con que ha tenido que confeccionar su artículo que no le ha permitido una relectura antes de su publicación. Sabe perfectamente que la mujer de Guillermo es Jacinta Rojo, su prima segunda, y no Justina Rojo (fallecida en 1822: 25 años antes) que era su madre, y cuyo nombre estampa en cinco ocasiones en lugar de Jacinta. No hace falta que lo reconozca en su próxima publicación. Se trata solamente de un lapsus circunstancial originado por un cólico.
“ … y además –MER- no verificó nunca nada. Es solo un recopilador de referencias de otros investigadores”.
Se refiere a las fechas de nacimiento y fallecimiento de Adolfo 22.9.1848 y 21.5.1882 que en realidad serían 19.9.1847 y 24.3.1876. Solo me limité a repetir las fechas que daban unánimemente todos los que se han referido al tema, entre ellos un investigador profundamente serio y conocido: Marcelo I. Sánchez (DByG, pág. 372). Pero la cuestión es irrelevante con respecto al nacimiento (hasta que MS ha hecho público su bautismo se ignoraba con exactitud) y totalmente equivocada la del fallecimiento. Nuevamente podemos constatar como el cazador cayó en su propia trampa. Si yo no verifiqué MS tampoco verificó después de haber verificado. En realidad seguimos bajo los mismos efectos gástricos. Cita como fecha de fallecimiento el 24.3.1876 (en vez de 21.5.1882) y se remite a la pág. 959 de “Familias argentinas” de Carlos Jaúregui Rueda y Diego Herrera Vegas, y transcribe también la fuente L.M.12-246v. Pero LM quiere decir Libro de matrimonios y no Libro de muertos. Si el 24.3.1876 fuera la fecha de fallecimiento de Adolfo y no la de su matrimonio habría que buscar otro padre para sus hijos pero para MS eso no constituye ningún problema ya que sabe que puede encontrarlo (parafraseando) entre “todos los mercedinos más los forasteros que en aquella época pasaron por esa localidad”.
Al mismo Adolfo Bartolomé Rawson Zavalía, quinto hijo de Adolfo, MS lo consigna nacido en 1881 (¡5 años después de la muerte de su padre!) pero no se da cuenta de la contradicción (DByG, pág. 372) que la tiene bajo sus ojos mientras la estampa por escrito. Es la maldición Rawson que cae siempre sobre su cabeza! Estos son los hijos de Adolfo que informan las fuentes que han tratado de ello:
-Guillermo Pedro Lucio, n. 19.10.1877, en Bs.As., b. 5.4.879. Casó con Josefina Beccar Mejía.
-Adolfo, n. 6.1.879 y f. 10.1.879.
-José Antonio, n. 6.1.879 y f. 11.1.879.
-María Justina, n. 14.12.879 y f. en la infancia.
-Adolfo Bartolome, n. 24.8.1881, b. 3.12.882. Casó con María Elena Godoy Quiroga.
-María Justina, n. 8.8.1882, b. 10.12.882, f. soltera.
NADA (las mayúsculas por sugerencia de MS) nos dice de Josefina Rawson de Belgrano, (me referí a ella principalmente en pág.59). Si llegara a documentar (tarea que estimo imposible) todo lo que afirmó tendrá que reconocer al menos dos o tres errores más. Pero los trabajos que merecen summa laude necesariamente pasan por corrección de errores, rectificaciones, etc. Se descartan flatus vocis y requieren también de un tiempo necesario para reflexionar, para leerlos y releerlos. Imposible si hay que terminarlo a las disparadas porque si no no llegamos a tiempo para que salga en el próximo número del Boletín del Instituto. Entonces puede que escribamos cinco veces Justina donde corresponde Jacinta y la fecha festiva del matrimonio la transformemos en la luctuosa del fallecimiento. Asi que ánimo pues! Eso si, que no deje de seguir mis instrucciones ya que he demostrado que soy un buen baqueano en el tema Rawson.
-Pág. 76, IV. “Al nacimiento de Rosa no lo busqué en profundidad ya que fue reconocida por sus hermanos, por lo que no cabe duda que fue hija de Amán. … … … Al principio doña Rosa no fue Rawson, pasó largo tiempo para ser reconocida públicamente (por supuesto esto tampoco lo sabe Espina Rawson, ya que son datos inéditos”.
Una corrección inicial. Si Rosa era hija de Amán no puede decirse que “al principio doña Rosa no fue Rawson” porque nunca fue otra cosa que Rawson por parte de su padre y debe haber sido un hecho público y notorio como el caso de Juan de Dios y de los Maurín. MS quiere decir que al principio no llevó el apellido de su padre.
Siguen los reconocimientos: “al principio no lo busqué con profundidad …”. Era lo que yo le hacía notar. Pero todavía nos debe el bautismo de Rosa y el de su hija homónima, asi que a ver si pone un poco más de profundidad.
Totalmente de acuerdo con el “por supuesto esto tampoco lo sabe Espina Rawson, ya que son datos inéditos”. Tanto lo reconocí que hice notar (MER, pág.58 in medio) que interesante sería conocer la fuente que no daba y ahora ha encontrado como él mismo lo explicita después (pág. 77 “de acá saqué el dato inédito que me pide Espina Rawson” pero no transcribe ni una palabra). Además debe haber montones de datos inéditos que ignoro, particularmente si son de San Juan, provincia que conozco poco o nada (igual que el resto de la República: poco y nada pero constato frecuentemente que más que muchos). Lo extraño es que MS parece ignorar lo afirmado sobre Rosa que mencionan dos historiadores sanjuaninos, que él debe conocer muy bien: “Hombres de San Juan. Dr. Guillermo Rawson” (pág. 35) de Antonio Aguilar y “Dr. Amán Rawson. Un apóstol de la medicina” (pág.41) de César H. Guerrero ambos libros cuarenta años anteriores al suyo (Editorial Sanjuanina, 1971 los dos) porque no los menciona cuando cita (MS, pág.76 in fine) que “en 1847 ya aparece como Rawson”. Interesante que aclare este punto y en todo caso donde figura ya en 1847 como Rawson. Estas líneas lo deben convencer que yo reconoceré sus logros leal e inmediatamente.
-Pág.77, I. “Se aprecia que los hijos legítimos de don Amán no tenían problemas en reconocer los hijos extramatrimoniales de su padre. Así lo vemos en el caso de Rosa, pero no con otros. Juan de Dios se encontraba en San Juan, era un muchacho de 15 años en ese entonces ¿Porqué los hermanos Rawson no lo reconocen, ni le dan un pedazo de tierra?
(Menos mal que a Rosa en este caso no la endoñó. Nos hubiera recordado a un periodista muy conocido años atrás). Afirma que los hijos legítimos no tenían problemas en reconocer los hijos extramatrimoniales (plural) de su padre. Pero luego nos señala el reconocimiento solo de Rosa. Cuáles son los otros hijos extramatrimoniales de Amán reconocidos por sus hermanos? Digamos que hasta ahora no se conoce otro (quizá aparezca algún día el de Juan de Dios (Ver MER, pág. 59 supra, dentro del acápite de Juan Estanislao Maurín y sus hermanos). No lo podría alguien ayudar a MS en la redacción? Nuestro “diálogo” sería más ordenado, iríamos más directo al grano, sin toda esta pérdida de tiempo y circunloquios que son necesarios para poner en claro primero lo que quiere decir y luego responderle. Se podría deducir de MS que B. Franklin y Guillermo se pasaban el día entero buscando por San Juan hijos naturales de su padre para reconocerlos.
“¿Porqué los hermanos Rawson no lo reconocen?”
Que no se haya encontrado un documento al respecto no significa que no exista. Que el Ejército y la Iglesia (que actuaba además como único registro civil) lo reconocieran como Rawson tiene que haberse originado necesariamente en un documento. Que hipótesis en contrario puede hacerse?
He afirmado (por pura tradición familiar) que Juan de Dios partió de San Juan a Mendoza a sus 13 o 14 años. MS parece tener otra fuente inédita ya que asegura que todavía estaba en San Juan cuando “era un muchacho de 15 años”. Espero que no se trate de uno de los famosos “dichos” de alguno de sus “apreciados, estimados y queridos amigos” pero esto no lo puede probar de ninguna manera. Me lo toma prestado y le agrega uno o dos años para darle verosimilitud a su pregunta ¿porqué los hermanos Rawson no lo reconocen ni le dan un pedazo de tierra? Si la pregunta es ridícula referida a un chico de 15 años a los 13 o 14 lo es aún mucho más. El reconocimiento de Rosa y la donación de tierras que le hacen B. Franklin y Guillermo se produce a sus 28 años ya casada y madre de su hija homónima (MS, consigna 15.2.1848, pág. 76 in fine). Siguiendo el método que le aplica a Juan de Dios podría MS haberse preguntado: ¿porqué sus presuntos hermanos esperaron tanto tiempo para reconocerla? ¿porqué dejaron que se casara como Rosa Castro y no como Rosa Rawson Castro? ¿Porqué, porqué y porqué?). Simplemente, si no era Juan de Dios, no se le habrían ocurrido o se habrá dado cuenta inconscientemente, ya que no se trataba de Juan de Dios, de la nadería de tales interrogaciones y que las respuestas, si se pudieran dar, nada aportan a la filiación de nadie.
Y una pregunta para algún genealogista sanjuanino ¿se conoce la sucesión de Amán para saber cuántas tierras tenía si es que tenía? Quizá en Caucete? Este sería un documento realmente interesante. Nunca me lo había planteado y se ve que MS tampoco. Si MS tuviera ese dato – que Juan de Dios estaba en San Juan a sus 15 años - me encantaría conocerlo ya que como he dicho, no tengo ninguno de su infancia y adolescencia. Pero me juego la mano derecha (y también la izquierda) que no lo tiene.
-Pág.77, II. ¿Porqué (porqué, porqué y porqué) si tan buena era la relación que tenía con sus medios hermanos (pero serían medios hermanos, a mi me ha hecho entrar en duda) no firma como don Juan de Dios Rawson?
“Si tan buena era la relación con sus medios hermanos”. Eso no le he afirmado nunca. “no firma como don Juan de Dios Rawson? “Stultus asinus!” (imprecación del cardenal Humbert, legado pontificio, al vocero bizantino, cuando la controversia sobre el filioque, año 1054). Porque todavía “oficialmente” no podía. No es obvio MS? No, obviamente, para MS no.
“… si la relación con sus hermanos como deja entrever MER era espléndida, porqué seguía ocutando su filiación?
Acá estamos ante un caso de ignorancia invencible o de descarada mala fe. No solo no hay una sola letra mía que deje entrever esa espléndida relación, sino que por el contrario he dicho expresamente que Juan de Dios se peleó muy chico con Guillermo y nunca se reconcilió con él y “que es natural que” B. Franklin, de carácter apacible y bondadoso “haya actuado como padre sustituto” durante los años que vivieron en la misma casa entre 1840 y1847 aproximadamente. Agrego ahora que no hay recuerdo que entre ellos (B. Franklin y Juan de Dios) haya habido rencor (MER, ver punto 2, pág. 54 y nota 11 in fine, pág.67).
Quién le dijo que ocultaba su filiación? Una cosa es que firmara Martínez y otra cosa es que ocultara su filiación. Pienso que era evidente y de hecho vemos que nadie nunca la objetó (hasta MS).
-Pág. 77, III. “Pero en este casamiento (el de Juan de Dios con Elizarda Guiñazú) los Rawson brillan por su ausencia aunque no se encontraban tan lejos, en la Provincia de San Juan”.
En primer lugar “los Rawson” eran tres: Rosa, B. Franklin y Guillermo. Todavía no existía el tren bala. Juan de Dios estaba ya totalmente integrado a la sociedad mendocina. Y quién le dijo a MS que B. Franklin y Guillermo estaban en noviembre de 1855 en San Juan y no en Buenos Aires? (a) Los datos al respecto son bastante inciertos. Puede también que Juan de Dios no tuviera esa intención. Por qué, por qué y por qué? Que se yo!
“que le hubiera dado lustre al casamiento de su supuesto hermano”.
Está claro que lo del lustre es para MS una preocupación existencial. En la tradición de mi familia diría que nunca fue una cuestión central ni siquiera una cuestión (puede que creyeran que la cuestión central eran ellos. Sinceramente mi rama no se distinguió mucho por su humildad).
-(a) - conservo en mi poder una carta original de B. Franklin a Bernardo de Yrigoyen adjúntándole una para su hermano Guillermo que estaba en Bs. Aires. Está fechada en San Juan en Abril 1 de 1849. “Viva la Conf. Argentina! Mueran los salvajes unitarios! Me la regaló mi tío Roberto Dellepiane Rawson.
-Pág.78, I. “Uno de los elementos usados para crear confusión, es del nombre de don Franklin Rawson, puesto por Juan de Dios a su hijo en homenaje a don Benjamín Franklin Rawson Rojo, su supuesto medio hermano. No existió tal homenaje. De la lectura del acta de bautismo … … … y que oficiaron de padrinos Franklin Guevara y Luz Gómez. Todo lleva a suponer que el nombre del bautizado fue puesto en honor a su padrino”.
En el punto 2, pág.55 yo había dicho “que Juan de Dios bautiza a su primogénito con el nombre de Franklin que debe haber sido una manifestación de agradecimiento y afecto por su hermano mayor” y en la nota 4 de pág.64 “quizá ello fuera una muestra de afecto y agradecimiento para con su hermano mayor”. Cuando escribí esas líneas no sabía que el padrino de Franklin tenía ese nombre. Sin embargo veo que las escribí con mucha prudencia, como una posibilidad porque me muevo en este punto con suposiciones. MS al contrario tiene certeza absoluta: “elementos usados para crear confusión”, “no existió tal homenaje”. Es como si hubiera estado presente en la ceremonia. La aparición de Franklin Guevara como padrino efectivamente crea la duda si el nombre del bautizado le fue puesto por éste o por Benjamín Franklin pero no creo que se pueda descartar ninguna de las dos hipótesis. Inclusive puede haber sido en homenaje a los dos. Aquí haría una acotación que me parece interesante. El nombre de Franklin y Benjamín Franklin (y también Amán) aparecen en la zona de Cuyo, y solamente en ella, que yo sepa, a partir del establecimiento de Amán en San Juan y debido a su evidente admiración por el sabio y prócer americano. El mismo Franklin Guevara debe deber su nombre a ese origen. Pero al final MS recupera un poco de cordura: “Todo lleva a suponer que el nombre del bautizado fue puesto en honor a su padrino”.
Pero sobre la fecha de nacimiento de Franklin podemos agregar otra perlita de MS. En su DByG (pág. 372) nos informa que ocurrió en 1854. En realidad la fecha es 17.12.1857. Nada menos que más de tres años pero además revelan que:-las fechas que se manejaban en la tradición familiar (“simples chismeríos orales”) o en las fuentes que lo trataban, aún careciendo de la documentación correspondiente, eran exactas, tanto de Franklin como del casamiento de Juan de Dios con Elizarda Guiñazú (MER, pág.69, nota 15).
-MS que alardea siempre sobre la documentación fehaciente que ha visto, y de los archivos que ha visitado, se equivoca permanentemente lo que demuestra la falsedad de su afirmación. Consignemos también, aunque el dato es menor, que Manuel hermano de Franklin, nació el 21.9.1861 y no en 1862 como escribe MS.
-Pág. 79, II. “Mi apreciado amigo don Horacio Videla me contaba, que corría la versión (chismografía de pueblo) que don Juan Estanislao Maurín era hijo natural de doña Carmen Maurín y don Amán Rawson”.
Su “apreciado amigo” es el mencionado en el p. II del capítulo 2 supra. Nunca he sostenido que las tradiciones familiares sean chismografía de pueblo por el contrario siempre me han merecido el mayor de los respetos mientras no se trate de un disparate o de una grosera simulación. Uno se queda siempre con la duda de si MS es un poco faltoso o se cree pícaro porque tergiversa los sentidos. Es MS quién ha calificado las tradiciones familiares de simples chismeríos orales en su mail al Instituto del 9.6.2011 (pág. 86) (a). En mi contestación del mismo día, que el Instituto no publicó, dije que si hay algo que no tiene cura es la cursilería que parece haber encendido iras infernales. Lo que he calificado de chismografía de pueblo son las dos afirmaciones que se le atribuyen a Lucrecia Devoto: que Juan de Dios era hijo de la cocinera y jardinero en lo de B. Franklin.
A mis preguntas de por qué lo hacía a Juan Estanislao Maurín hijo de Amán (filiación que yo he sido el primero en sostenerla por escrito, en ella creo sin duda alguna. Ver el acápite en pág. 58 sobre Juan Estanislao y sus hermanos) sin mencionar documentación alguna y cuando por el contrario en su bautismo no figuraba ni Amán ni doña Carmen Maurín él responde (ahora): “Lo que me resulta extraño es que en la partida de casamiento, 27.11.1878, figura como hijo natural de doña Carmen Maurín” Pero sr. MS vio cuantas cosas extrañas ocurren en genealogía? Un caso como el de Juan Estanislao debe darse uno por cada millón. Y concluye con su creación literaria digna Conan Doyle: ¿Será la maldición de los Rawson donde nada es claro?” (la trataremos más adelante).
Cabe aquí una pregunta: por qué en las líneas dedicadas a Juan de Dios consigna lo que le decía “la genealogista Lucrecia Devoto de Godoy” (“jardinero” dos veces con cuatro líneas de diferencia) y en el caso de Juan Estanislao no mencionó a Horacio Videla como origen de la versión que por otra parte éste nunca escribió? No lo está utilizando aquí como utilizó antes a Lucrecia Devoto para justificar sus asertos sin fundamento alguno “a posteriori”? Es serio por parte de un genealogista jugar a piacere con los dichos de sus “apreciados, estimados y queridos amigos”.
-(a) - ¿Como califica los “datos” (sic), o sea tradiciones orales que recibió de numerosas familias sanjuaninas que cita en la sección fuentes al final de su DByG? Dando por seguro que la familia Sánchez posee una ¿es que para MS su tradición familiar son “simples chismeríos orales”? y a partir del juicio que le merece la suya juzga a las otras? O por el contrario constituye para él, como para la mayoría de los seres humanos una herencia preciosa? Y si este es el caso cuál es el criterio que aplicó para considerar algunas valiosas y otras “simples chismeríos orales” (me sigue sonando una cursilería). Este juicio suyo en mail que ingresó en el sitio del Instituto el 9.6.2011 debió merecer al menos una advertencia de parte de quién correspondía. El único que reaccionó en el mismo sitio fue el miembro Carlos Avellaneda a quién oportunamente agradecí (otros miembros me hicieron saber personalmente su solidaridad e indignación). Después de mi contestación el mismo día, el tono agraviante de MS fue in crescendo a tal punto que varios miembros se quejaron pero sin discriminar (es mi opinión) las respectivas responsabilidades. Solicité la formación de un Tribunal de Honor para juzgar no las dos conductas sino únicamente la mía. La respuesta fue el silencio.
-Pág. 79, III. “Entre los decires y las comprobaciones hay una gran distancia”.
Totalmente de acuerdo. Sobre todo si se trata de chismes. Entre las tradiciones familiares y la verdad se da, la mayoría de las veces, una gran armonía cuando no una total coincidencia. Es por ejemplo el caso de mi tradición familiar dentro de la cual MS podrá preguntar cien veces “porqué” pero no podrá señalar ninguna contradicción. Sin embargo MS comienza a concordar conmigo en más de un punto como vemos en lo que sigue:
-Pág. 79, IV. La cuestionada tradición oral recibida de Lucrecia está entre paréntesis. Es una versión que se corrió en San Juan. Sabemos que este tipo de tradiciones (¿Qué es para MS una tradición?) pueden a veces ser producto de pasiones y no ajustarse a la realidad, y otras veces, ser verídicas. Lucrecia sostenía, y se lo dijo a Espina Rawson y a otras personas, que Juan de Dios no era hijo natural de Amán Rawson (sino de B. Franklin, o sea nieto de Amán). Que escuchó esta afirmación, no me cabe duda (la cuestión es si la escucho él y en ese caso por qué no la argumentó? Por qué no la explicita ni siquiera ahora?). Comparto con Espina Rawson que su valor puede ser relativo.
No podemos menos que coincidir con MS. Pero para la época de su DByG parece que éste no era su pensamiento. Si pueden ser productos de pasiones (puede que empecemos por penetrar ocultos secretos), y no ajustarse a la realidad y que su valor puede ser relativo” a qué impulso (o a qué pasión) se debió que estampara no una sino dos veces el chisme del jardinero (DByG, pág371/372), que ahora a pesar de haberlo desmentido (MS, pág. 80) vuelve a repetir (MS, pág.75.II) y no hacer mención de la tradición “tradicional” sino para negarla implícitamente y a priori.
-Pág. 80, I. “No tiene cartas, expedientes militares, NI NADA”. Ver supra Capítulo 2.
-Pág. 80, II. “Esta es la primera vez que se estudia seriamente la genealogía de la familia Rawson en Argentina”.
Acto fallido. A confesión de parte relevo de prueba. Su trabajo carece totalmente de seriedad, derrama subjetivismo, está direccionado a priori y no responde a una inquietud genealógica, lo cual no ha impedido que a partir del mío aportara dos documentos inéditos. Por mi parte y por parte de otros investigadores no encuentro ninguna falta de seriedad.
-Pág.80, III. “En momento alguno he querido desmerecer la importancia que tuvo don Juan de Dios Rawson (antes Martínez). Fue un hombre valiente y destacado”.
Estaba esperando un gesto así de MS. Muchas gracias! No sabe cuánto se lo agradezco.
Disculpenme las expresiónes: ¿y que c…… sabe MS de Juan de Dios? Quién se lo contó? Alguna genealogista? Para la tradición familiar era un tipo muy “jodido” y de muy pocas pulgas. Si se hubiera tropezado con MS, no tengo la menor duda que éste tendría muy mal recuerdo de él.
Capítulo 4. Los frutos de la “colaboración” genealógica entre MS y yo. Sus aportes documentales.
-I. El bautismo de Adolfo Rawson el 23.9.1847, hijo del Dr. Guillermo Rawson, dato inédito y fundamental para la genealogía Rawson. Según MS figura como “de cuatro días, huérfano, de padres no conocidos, siendo sus padrinos don José Martín Cardozo y doña Rosa Rawson, lo hace criar el mismo padrino” (MS, pág.76).
En el DByG MS sabía que Adolfo era hijo de Guillermo, ahora no lo sabe pero lo “sigue creyendo” (MS, pág. 79). Me imagino que esto también la parecerá extraño a MS. Mi familia nunca creyó que Adolfo fuera hijo de Guillermo, siempre lo supo y como parientes se trataron.
Pero repito aquí las preguntas que le hacía sobre Josefina Rawson de Belgrano también hija de Guillermo sobre la que hace mutis por el foro: dónde está el bautismo, por qué hija, por qué hermana entera de Adolfo y por qué las fechas que le atribuye? No ha contestado NADA (usando mayúscula como le gusta a MS con la palabra nada).
-II. La existencia de un nuevo miembro del linaje Rawson: un hijo natural de Guillermo bautizado como Abraham del Carmen, b. el 7.11.1854 (MS, pág.80).
De su DByG a este trabajo suyo, con relación a la descendencia de Amán Rawson, estos dos documentos hasta ahora no publicados son su única contribución y no niego su valor sino que lo resalto.
Capítulo 5. La obsesión de Marcelo I. Sánchez.
Al principio la sospeché y a medida que se desarrollaba nuestra “relación” la he ido confirmando. Parece originarse en un sentimiento de inferioridad social que le obliga a buscar un objeto a destruir para mirarlo de lo alto y superar su complejo. En este caso el bolillero o quién sabe qué o quién determinó que fuera la filiación de Juan de Dios Rawson. Se nota que su única preocupación, que sería impropio denominar genealógica, es negar que Amán sea el progenitor de Juan de Dios. Pero “descubrir al progenitor” no le interesa en absoluto, podría ser “alguno de los sanjuaninos de la época, más todos los extranjeros que pasaron en ese tiempo por San Juan” (pobre Mercedes Martínez! ver supra capítulo 1, nota d). Si se hallara la información del reconocimiento judicial de su filiación, o cualquier documento que hiciera referencia a ella, sería para él una gran decepción. Así como no encontró otro “jardinero” en todo su DByG tampoco encontraremos nosotros otra negación de filiación entre los miles de sanjuaninos que identificó. No es la búsqueda de la verdad entonces su norte sino visiblemente una inquina obsesiva (en ese orden). Pide pruebas y documentos. Hemos dado unas y otras pero ninguna le será suficiente y ni siquiera se dará por enterado del testimonio escrito de sus propios parientes y “estimados amigos” (ver capítulo 2, I y II).
Pero cuáles son las suyas para demostrar su negación: ninguna, sólo lo que oyó decir a Lucrecia Devoto (hay razones para dudarlo) “que J. de Dios era el jardinero de B. Franklin” que luego se transforma en el chico que limpiaba el jardín y hacía de todo un poco. ¿Hay otra palabra que no sea “disparate” para calificar esto?
Necesita rodearse de una guardia de corps porque no está seguro de sus argumentos ni de si mismo, de ahí el continuo apoyarse en “sus queridos, apreciados y estimados amigos”. Sus palabras fueron creciendo en agresividad y menosprecio hasta llegar a la insolencia: “si estuviera Nores Martínez, un cordobés, que escribía graciosamente sobre las situaciones de Córdoba (que MS contempla desde arriba con una sonrisa de satisfacción digna de Bertoldo, Bertoldino o Cacaseno) hubiera dicho para descontracturar la situación” “que el tema Rawson, no sea una Espina don Mariano, no es relevante que sea Martínez o Rawson, lo importante es que Juan es de Dios”,
-“pero en honor a la leyenda y a su conveniencia (de los descendientes de J. de Dios)”,
-“infantilmente se enoja” (yo MER),
-llama “simples chismografías orales”, “leyendas o conjeturas” a las tradiciones familiares (ajenas),
-“uno de los elementos usados para crear confusión – acerca de una suposición mía)”,
-a los chicos criados (que hasta podían ser parientes. MS, pág.79) se les llamaba “cachiches”,
-“en el caso de Juan de Dios Martínez (o Rawson) todo está lleno de interrogaciones (creo que le he contestado todas las que tienen respuesta, pero puede plantear muchas más y sin solución de continuidad),
-“donde casi nada es verdad” (¿podría precisar el porcentaje del “casi nada” de verdad y el “casi nada” de mentira”? o en qué consiste uno y otro? mail al Instituto 11.6.2011).
-Cómo “reciencito nomás” ha documentado que había apellidado primeramente Martínez como su madre, ya no es más Juan de Dios Rawson como en el DByG, ahora es Juan de Dios Martínez (o Rawson), o Juan de Dios Rawson (o Martínez) como repite hasta el cansancio con ingenua malicia infantil.
¿Que podemos concluir de todo esto? Tan manifiesta y permanente es su obsesión con la filiación paterna de Juan de Dios (absoluta, exclusiva, única en toda su obra y yo diría que desconozco un caso igual en toda la genealogía impresa) que se puede confeccionar el siguiente marco:
-I) En su DByG no le atribuye ninguna filiación, ni paterna ni materna (padres desconocidos).
-II) Explicitamente nunca niega que Amán sea el padre ya que no lo puede probar – cosa de suyo imposible – y en el artículo que tratamos lo contempla, como posible pero altísimamente improbable (una entre varias miles de probabilidades, algo así como un número de la ruleta que se repitiera cinco veces seguidas) y la reconoce como “una tradición oral” (toda una novedad, un giro copernicano!). .
-III) Implicitamente la pone en duda permanentemente sin encontrar otro fundamento que el dicho que dice haber escuchado de Lucrecia Devoto de Godoy “era el jardinero …”. A falta de otro sustento formula pregunta tras pregunta – algunas verdaderamente insólitas cuando no ridículas para un investigador a las que obviamente deja sin respuesta (en el capítulo 3 he contestado las que son susceptibles de serlo).
-IV. Desde el punto de vista de la genealogía y particularmente de su negación la preocupación primera de cualquier genealogista sería encontrar un reemplazante para Amán. La cuestión no le preocupa en lo más mínimo. No esboza ni remotamente una hipótesis de quién podría ser el padre (realmente no se quién tendría alguna chance de competir con Amán).
-V. Las características físicas de Juan de Dios, rubio y de ojos celestes, sus hijos también rubios, que bastarían por lo menos para descartar al 99% de la población masculina de 1830/33 en San Juan, no le suscita ningún interrogante ni comentario. Mutis por el foro.
-VI. El documento que cito en el capítulo 2, punto I y la cita de su amigo Horacio Videla (punto II) no le merecen ningún interrogante ni comentario. Mutis por el foro.
-VII. Su admisión en el Ejército como Juan de Dios Rawson, idem.
-IX. Idem en la Iglesia idem.
-XI. Que ninguno de sus contemporáneos, ni posteriormente tampoco haya objetado su cambio de apellido, idem.
-XII. que sus hermanos B. Franklin y Guillermo, actuando en la misma ciudad, en el mismo medio social y político no hayan dicho nada en contrario, idem.
-XIII. A un chisme lo convierte en “tradición oral” y a tradiciones familiares (seguramente excluída la suya) en armonía con toda la tradición y el marco histórico en “simples chismeríos orales” o “leyendas y conjeturas”..
-XIV. Ante el hecho concreto, real, histórico de su admisión “oficial” en la vida pública (ejército, iglesia, todas las instituciones de la República) como Juan de Dios Rawson lo ignora completamente. No existe. Si no existe no plantea ningún interrogante ni exige ningún comentario. Y eso es lo que hace, ni una palabra ni un punto ni una coma.
Este cuadro nos permite otorgarle, además del honroso título de “genealogista inventor” (nota “a” del capítulo 1, supra) el de “genealogista marxista” ya que como éstos hacían no observa la realidad objetivamente para extraer de ella una conclusión sino que establecida ésta a priori (Amán no “debe” ser el padre de Juan de Dios) manipula los hechos objetivos distorsionándolos, contradiciéndolos, modificándolos, inventándolos o sencillamente pasándolos por alto para componer una amalgama que fundamente el objetivo buscado.
Esto en cuanto a lo que ha consignado por escrito. Según testigos (yo también tengo genealogistas amigos) el tema de Juan de Dios es su “caballito de batalla” desde hace décadas y cuando se da la oportunidad no pierde la ocasión de divertirse, con alguno estúpido o estúpida que le presta oreja, con Juan de Dios el “jardinero” convertido a raíz de nuestro debate en el “jardinerito”. No sabremos nunca cuál es el origen de este dislate.
-Refiriéndose al bautismo de Juan Estanislao Maurín donde ningún dato de su bautismo coincide con la realidad (ocurre, ya lo hemos dicho, en montones de casos) – como se lo había hecho notar –y que recién ahora menciona, exclama en el colmo de su obsesión “será la maldición de los Rawson donde nada es claro?
No tengo la menor duda de la maldición de los Rawson pero no creo que tenga efecto sobre ninguno de los descendientes de Guillermo, de Juan de Dios, de Rosa Rawson de Cardozo, de Juan Estanislao Maurín o de Josefina Rawson de Belgrano o sobre cualquiera en el cual corra una gota de la sangre americana que Amán trajo a estas tierras junto con sus concepciones liberales, superadoras de prejuicios lugareños y que se constituyeron en patrimonio común, hasta donde yo se, de todas las ramas Rawson, al menos hasta las generaciones anteriores a la mía. Si creo en la maldición de los Rawson porque la veo operando en toda su fuerza sobre MS (con algún derrame sobre algún otro u otra).. Le deseo pueda algún día superarla. No hace falta que concurra a un exorcista, una consulta con un buen psiquiatra seguramente sería suficiente. También la lectura de los clásicos, un poco de filosofía o algunas de las obras de los grandes pensadores de cualquier época le ayudarían – así lo creemos y deseamos - a romper el cerco de prejuicios que lo aprisiona y lo tortura. Y si me he metido a psicólogo a lo largo de todo mi análisis seré más imprudente aún y haré de exégeta: no cosechamos ningún fruto, no sé si más pernicioso pero si más generalizado, como consecuencia del pecado original que la estupidez y se logra a veces sin necesidad de factor exógeno alguno, es suficiente con un esfuerzo personal sostenido.
Capítulo VI. Una mirada final de la polémica.
Quisiera señalar, como corolario final, que todo este debate, no solo con MS sino con otros miembros del Instituto, inclusive algunos sinceros amigos míos, se ha dado en el mundo del revés. Se lo efectuó en el marco de “la inversión de la carga de la prueba”. Por un lado teníamos la tradición establecida, aceptada unánimemente, nunca objetada, y de repente, en aparición inesperada llegada de San Juan y acogida con boato en el Instituto, una “acusación”, un “hecho nuevo” que la niega sin aportar sin embargo prueba alguna, fundamentada solo en un “dicho” que por otra parte nada tiene que ver con la filiación de Juan de Dios que es el punto que niega (implícitamente) y que el “acusador” luego transformó hasta hacerle perder totalmente el sentido original (ver cap. 1 y en general todo mi texto). En terreno jurídico la misma hubiera merecido un rechazo “in limine”. Acá por el contrario no se la rechazó, no se exigió que la “acusación” se fundamentara. sino que por el contrario se sometió a juicio a lo establecido, el “acusado” fue condenado a probar su inocencia. Se consideró que el vocero del “hecho nuevo” era el portavoz de la verdad (claro que muchos, la mayoría, lo vieron inmediatamente. Pero como pueden gozarse otros espíritus en este “terreno del chisme” como los chanchitos en el chiquero). Realmente algunas actitudes, me han dado vergüenza ajena pero han servido para conocer de varios conocidos, más allá de las apariencias tanto la calidad humana como la intelectual. Era el “defensor” de la tradición, en este caso yo, el que tenía que “probar”. No solo no me negué sino que me adelanté para hacer conocer indicios, recuerdos de familia, documentos públicos de más de 150 años, todos coincidentes, coherentes y armónicos con el marco histórico. Inclusive como alguien dijo “algunas fotografías familiares” (podría agregar muchas más) que son sin embargo en el caso de Juan de Dios tremendamente elocuentes y, para mi, motivo de tonta vanidad porque mi rama materna fue muy bien dotada físicamente y no solo fisicamente. El tema del parecido físico generalmente es aceptado como dato significativo pero con algunos genealogistas ocurre que la aceptación depende de las circunstancias o del personaje en cuestión: a veces si, y a veces no, aunque se caiga en flagrante contradicción. A veces firmes partidarios de las semejanzas físicas y otras veces no. Se rechazó la invitación que hice a un debate personal con MS y se le dieron nueve meses para que encontrara los documentos de su hipótesis que terminaron en documentos todos ya conocidos y publicados incluso en mi blog.
Pero hay aún más. A los dos o tres días de mi charla sobre el tema (segundo lunes de octubre de 2010) me encontré con un amigo que me comentó: “Mariano, te puedo hacer una pregunta?”. Por supuesto, si estoy en condiciones de contestarla. “Mirá, el otro día (el día de mi charla) me crucé con fulanita que me dijo”: “disculpáme pero me tengo que ir corriendo al Jockey (salón Anasagasti) porque tenemos una pelea con Mariano Espina”. De qué se trata? Todo sorprendido le expliqué en medio de qué debate me encontraba pero pensé ¿así que se trataba de una pelea? La ignoraba e ignoro, no tenía la menor idea de ella y quizá no sepa nunca en qué se originó pero me hizo comprender al menos una serie de actitudes (esa especie de emboscada que se me tendió), que me resultaban, hasta esa revelación, absolutamente inexplicables.
Tradición vs chismografía aldeana.
Por: Mariano M. Espina Rawson (mayo 2011)
Este artículo se publicó en el Boletìn del Instituto Argentino de Ciencias Genealògicas de mayo-junio de 2011 (Tº 32, nº 264) entre las páginas
52 y 74. Pongo entonces entre paréntesis y en negrita el nº de página que le corresponde en dicho Boletìn.
52 y 74. Pongo entonces entre paréntesis y en negrita el nº de página que le corresponde en dicho Boletìn.
(pág. 52) “Otros genealogistas lo dan (a Juan de Dios) equivocadamente como hijo natural de don Amán Rawson y de Mercedes Martínez”. Este juicio expuesto en forma taxativa me toca (2) como bisnieto de Juan de Dios. Por otra parte como solo se limita a una negación sin informarnos quiénes son, según los datos que él debe necesariamente poseer, el padre y la madre de Juan de Dios, siento que me han encerrado en un criptograma-genealógico, territorio inédito en este campo, que yo conozca al menos. Se trata de un juicio tan contundente como ambiguo al cual no es posible darle una respuesta del mismo tono porque en realidad no sabemos realmente qué es lo que afirma. Su galimatías suscita un abanico de preguntas:
-Afirma acaso que Juan de Dios es hijo legítimo de Amán y Mercedes Martínez como algunos han escrito? (ver nota 23).
-Que el padre fue Amán pero no con Mercedes Martínez?
(pág. 53) -Que su madre fue Mercedes Martínez pero no con Amán?
(pág. 53) -Que su madre fue Mercedes Martínez pero no con Amán?
-Que ninguno de los dos tuvo parte en su filiación?
Desarrollaré el tema a partir del supuesto que lo que sostiene principalmente es que Juan de Dios no era hijo de Amán Rawson, supuesto que tiene apoyo en lo que se leerá más abajo.
El autor, Marcelo I. Sánchez, tuvo la oportunidad en la reunión de septiembre de 2010 del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas de presentar su “Diccionario Biográfico y Genealógico de SAN JUAN de la Frontera ” (San Juan. República Argentina, 2010. Sin pie de imprenta) y en la conferencia que dio con tal motivo de recalcar el caso de Juan de Dios (pág. 372) como un error porteño histórico, sin hacer referencia, según me cuentan testigos presentes, a ninguna tradición sanjuanina ni dando los fundamentos de su sentencia. Simplemente la cosa es así y así hay que admitirla sin informar por otra parte quiénes son los genealogistas, que están en lo cierto (3). Solicité el uso de la tribuna y hablé el 12.10.2010 sobre este tema (4).
No soy el indicado para opinar sobre lo convincente o no de mi exposición pero creo que mi argumentación se vió facilitada por la suya. En qué consiste ésta?
Por un lado tenemos la tradición que incluye obviamente la familiar y en general a toda la sociedad argentina, aceptada por todos los que podrían haberla objetado, no negada ni confrontada por ninguna otra tradición, de que éste era hijo natural de Amán Rawson y Mercedes Martínez (Doncel). El autor sin encontrar a mano una versión para esgrimir, respondiendo a lo que parece ser una actitud obsesiva a priori con relación a Juan a Dios (o con su descendencia?), “hereda” una palabra que considera la clave para resolver el criptograma que él mismo ha creado: “jardinero”. Palabra sin génesis conocida ni, en relación a Juan de Dios, antecedente histórico alguno. En una palabra, y sin eufemismo, un chisme (5). Para Sánchez sin embargo ella esconde el secreto no de la filiación sino de la no filiación de Juan de Dios. Tan importante y concluyente que la repite dos veces en la misma página (137 infra) con cuatro líneas de diferencia. No vaya a ser que pase desapercibida! Aquí, antes de entrar de lleno en la cuestión, es de resaltar que Sánchez en su libro dice que su autora era Lucrecia Devoto de Godoy y en la sección fuentes nos informa haber recibido “datos” sobre antiguas familias que le fueron suministrados por un significativo número de sanjuaninos dentro de los cuales no encontró - ni en todo San Juan tampoco - a nadie que se acoplara a la “denuncia” pues de lo contrario no hubiera dejado de mencionarlo. Esta claro entonces que Lucrecia, ya fallecida, es la única fuente de la versión del “jardinero” según dice Sánchez. Tampoco sabemos, ni nadie nos informa de quién a su vez la heredó Lucrecia. Transcribo textualmente la cita:
1) “(Juan de Dios era) criado de B. Franklin Rawson y de Paz Mendieta” (“Lucrecia Devoto, dice que el muchacho era el jardinero)”
2) “criado por don Franklin Rawson y doña Paz Mendieta” (“la genealogista doña Lucrecia Devoto de Godoy sostenía que era el jardinero de don Franklin Rawson” (6).
Aclaremos que “don Franklin Rawson” (en realidad Benjamín Franklin) era el primogénito legítimo de Amán Rawson y “doña Paz Mendieta” su esposa (c. 25.5.1847).
De lo cual concluye - por ahora mantengámonos en el terreno de la lógica elemental sin analizar la verdad o verosimilitud de estas premisas que lo haremos luego - que “Otros genealogistas lo dan (a Juan de Dios) equivocadamente como hijo natural de don Amán Rawson y de Mercedes Martínez” ergo (7):
-es imposible que Amán sea el padre de Juan de Dios, ergo:
(pág. 54) -podían ser padres de Juan de Dios allá por la década de 1830 aproximadamente unos 3000 sanjuaninos que biológicamente estaban en condiciones adecuadas para ello menos Amán (el padre que durante 180 años sus descendientes y la tradición le adjudican) y probablemente tampoco el obispo, o sea unos 2998 “masculinos” como dicen ahora.
Fácilmente se ve que estamos ante un falso silogismo (argumento compuesto por tres proposiciones siendo la última una consecuencia necesaria de las dos primeras). De “criado” y después “jardinero” en la casa de B. Franklin no se puede deducir necesariamente (yo diría que de ninguna manera) que Amán no fuera el padre de Juan de Dios ni tampoco que lo fuera, él ni nadie. Se descarta sin embargo de cuajo la mera posibilidad de que pudiera serlo. Llama también la atención que a Sánchez no le haya extrañado no haber encontrado alguna tradición sanjuanina que le presentara alguna alternativa a Amán como padre de Juan de Dios, para competir con la tradición que aceptaba que si lo era. No hay conexión entre las premisas y la conclusión. Da la impresión que en el quiebre entre ellas hubiera escuchado una voz angélica que le revela de quiénes no es hijo Juan de Dios pero no de quiénes es hijo. Extraña e inédita revelación. (8).
Aplazado en lógica elemental dejemos por el momento al apuntador, o mejor dicho su oráculo (“lo dan equivocadamente”, no “creo que se equivocan” o “puede ser”, o “tal vez”, o “quizá estén equivocados”, “o cualquier condicional que se nos ocurra sino: “lo dan equivocadamente”, presente del indicativo) no tanto por la pobreza de sus fundamentos cuanto que por la falta de relación entre estos y su concluyente aserción.
Vamos entonces directamente al encuentro de la autora del guión: Lucrecia Devoto de Godoy. Sus dichos que yo sepa, son además de los ya citados “criado” y “jardinero”, otros dos: “hijo de la cocinera” (9) e “hijo de (Benjamín) Franklin Rawson” (10). Parece bastante claro que detrás de la sentencia de M. Sánchez estas dos afirmaciones de Lucrecia, aunque no las haya publicado como la primera (“jardinero”), son su verdadero sustento. Vamos a analizarlas una por una y confrontarlas con las referencias que nos aportan la historia y la tradición familiar.
Vamos entonces directamente al encuentro de la autora del guión: Lucrecia Devoto de Godoy. Sus dichos que yo sepa, son además de los ya citados “criado” y “jardinero”, otros dos: “hijo de la cocinera” (9) e “hijo de (Benjamín) Franklin Rawson” (10). Parece bastante claro que detrás de la sentencia de M. Sánchez estas dos afirmaciones de Lucrecia, aunque no las haya publicado como la primera (“jardinero”), son su verdadero sustento. Vamos a analizarlas una por una y confrontarlas con las referencias que nos aportan la historia y la tradición familiar.
1) “Criado de (Benjamín) Franklin Rawson y de Paz Mendieta”. Aquí hay una total confusión de datos y fechas históricas. La escena se sitúa en el marco de la familia Rawson pero es la casa de Amán Rawson y no de su hijo B. Franklin que por aquel entonces estaría por cumplir sus 20 años. Esta casa fue la única “casa Rawson” que hubo en San Juan. Paz Mendieta, la futura esposa de B. Franklin, aparecerá en escena recién siete años más tarde (1847) justamente cuando Juan de Dios abandona San Juan (ver lo que sigue) y B. Franklin (y su hermano Guillermo) pasan a ser propietarios de la casa por muerte de Amán ese mismo año de 1847 pero rápidamente se trasladan a Bs. As. amén que su permanencia en San Juan durante el rosismo no fue constante. Prueba de ello es que en 1848 se hace una información de reconocimiento a Rosa Rawson, por parte de B. Franklin y Guillermo, como hija de Amán con la clara intención, puede suponerse, de que se quedara con la propiedad, como he leído en algún lugar.
2) “Criado” coincidencia con la tradición familiar que sostiene que a sus 7 u 8 años Juan de Dios se separa de su madre y pasa a vivir con Amán y lo hace hasta sus 13/14 años, o sea entre 1839 y 1847 aproximadamente. A esa edad Guillermo y Sarmiento se autoexilian o los exilian y parten para Chile. Llevan con ellos a Juan de Dios que podemos imaginarlo terrible e indomable. Dada su edad lo tratan como chico, Juan de Dios se enoja con ellos, se vuelve solo desde la cordillera y se va a lo de su familia materna en Mendoza (11). Durante su crianza en lo de Amán es natural que B. Franklin, en esos años que pasó en San Juan, diez o trece años mayor que él y sin una presencia femenina en la casa, haya actuado como padre “sustituto”. Se (pág. 55) dice era de carácter bondadoso y apacible (12). Juan de Dios, en Mendoza bautiza a su primogénito con el nombre de Franklin (17.12.1857) que debe haber sido una manifestación de agradecimiento y afecto por su hermano mayor (digamos de paso que al último de sus hijos, n. en San Fernando, Bs. As., fruto de la vejez y de una segunda pareja, allá por el fin del s. XIX, lo bautiza “Amán”). Además para 1840 Amán que era viudo de Dª Justina Rojo desde 1822 parece haber pasado más tiempo en otra casas que en la suya, amén de toda su actividad como médico y político.
3) “Juan de Dios era el jardinero de don “Franklin Rawson” Se nos obliga primero a suponer que la casa de Amán tenía un jardín cosa poco probable y que nadie sabe y luego a admitir un absurdo. No por una cuestión de status social, ya que si hubiera dicho que era el hijo del domador de la otra cuadra, el peoncito, el lecherito, se podría discutir si dentro del contexto general la cosa era posible o no, pero ¡Jardinero! en San Juan en 1840! Entre sus 7 y sus 13 años! No se aclara si atendía también algún otro de los jardines sanjuaninos de hace 170 años. Un disparate! (13). Nos hace dudar si estamos ante un relato con pretensiones históricas o ante un desborde de imaginación surrealista aunque quizá la verdad sea mucho más sencilla: se trata de chismografía aldeana. En esta afirmación habría que distinguir dos posibles realidades:
I) la de alguien que le dice a uno de sus hijos o a algún chico conocido del barrio: “ocúpate del jardín y te doy tantos pesos por mes” Para esta situación sólo se requiere la existencia de un jardín, un propietario y un chico con cierta gusto por la jardinería o atraído por la paga. Pero aquí se trataría de alguien que se ocupa del jardín y no de un jardinero “profesional. Si esto es lo que quiso decir Lucrecia es naturalmente posible.
II) la segunda es la existencia de un jardinero de oficio que parece ser el sentido cierto que le da Sánchez (también Lucrecia?) Pero podemos imaginar en San Juan, en la década de 1840 cuando la población no pasaba de unos pocos miles de habitantes (12.000?), donde todas las casas eran de adobe y la mayoría con los pisos interiores de tierra apisonada, la existencia de jardines atendidos por jardineros a sueldo?
Quizá la respuesta más contundente en este sentido nos la proporcione el mismo “Diccionario Biográfico y Genealógico” que ha dado lugar a este artículo. En él M. Sánchez llega a identificar no algunos cientos sino varios miles de sanjuaninos con sus respectivas ocupaciones y en un arco de tiempo que abarca más de dos siglos y medio y llega hasta bien entrado el siglo pasado. Entre esos varios miles solo encontró un jardinero: Juan de Dios (14). Flagrante caso de discriminación! pero nos queda la duda si el afectado es Juan de Dios o son los miles de sanjuaninos que no fueron jardineros.
Tampoco sabemos, M. Sánchez no es claro al respecto, si Lucrecia es responsable de las dos afirmaciones o solamente de la segunda (“jardinero”) porque hay una cierta contradicción entre ellas. No se complementan bien lo de “criado”, que era un chico “como de la familia” o "de la familia” con la posterior contratación como jardinero.
Uno u otro: “Criado” o “jardinero”, “criado” y después “jardinero” resulta forzado sino contradictorio. Ahora si Lucrecia sólo afirmó su condición de “jardinero” de dónde sacó él lo de “criado” que coincide con la versión tradicional? Menos concordancia hay entre jardinero y lo que sigue.
Uno u otro: “Criado” o “jardinero”, “criado” y después “jardinero” resulta forzado sino contradictorio. Ahora si Lucrecia sólo afirmó su condición de “jardinero” de dónde sacó él lo de “criado” que coincide con la versión tradicional? Menos concordancia hay entre jardinero y lo que sigue.
4) “hijo de (Benjamín) Franklin Rawson”. Veamos como es la cosa. B. Franklin nace en 1820 y Juan de Dios en 1833 aunque personalmente, cotejando ciertos datos, creo que sin negar el año de 1833 podría retrocederse el mismo a 1832 o 1831 (15). Aquí Lucrecia (que no (pàg. 56) puede haber sido la autora sino solo la trasmisora de la especie) nos hace caminar por el filo de la navaja, en el límite de lo posible y lo imposible, pero de todos modos nos sitúa en un escenario altamente improbable. Pero si B. Franklin hubiera sido el padre, tratándose de un hecho notable (un progenitor de 10, 11 o 12 años!) difícilmente hubiera podido mantenerse oculto en una aldea del tamaño de un pañuelo. Se hubiera convertido en un secreto a voces, todo San Juan lo hubiera sabido y comentado! Nos asombraríamos (dicho esto sin una pizca de seriedad), que Sarmiento no lo hubiera incluido en sus “Recuerdos de Provincia”. Suponer que un solo antepasado de Lucrecia hubiera sido el sabedor del suceso y lo hubiera trasmitido, herméticamente, de tal forma que llegó sólo a Lucrecia es abandonar el terreno de lo improbable para pasar a la divagación. Si indagáramos en las causas que originaron esta versión insólita e inédita deberíamos incluir la preferencia de mucha gente por lo exótico y fabuloso (inclinación después de todo muy humana). Algunos pensadores han hecho notar, como bastante común, la desconfianza que experimentan ciertas personas frente a verdades simples y evidentes al mismo tiempo que son todo oídos ante cualquier fábula del almacenero de la esquina.
Hay otro detalle para señalar: de Amán se conocen dos retratos: una acuarela de su hijo B. Franklin y un óleo de Amadeo Gras. De sus hijos hay fotografías de Guillermo, de Juan de Dios, una de Juan Estanislao Maurín y un autorretrato de B. Franklin (16). Comparándolos se nota (reconozco que aquí puede influir mi subjetividad pero cualquiera puede hacer la prueba por si mismo) que el más parecido, o mejor dicho el menos disímil, a Amán es Juan de Dios, B. Franklin no se parece en nada. Y mucho menos a Juan de Dios. Debe haber salido a su madre Dª Justina Rojo.
5) “hijo de la cocinera”. No puedo imaginarme como cocinera en San Juan en 1831/33 a una polaca rubia y de ojos azules como las mujeres polacas que a principios del s. XX ingresaron en el servicio doméstico de muchas familias de Bs. As. (y después en sus árboles genealógicos) o a una insólita viajera inglesa que, de golpe, caída en la desgracia hubiera encontrado trabajo en lo de Amán Rawson. La cocinera (seguramente más de una) debe haber sido una mulata libre o una negra esclava o una mestiza o bien una india pura y esto debería haber dejado huellas visibles en Juan de Dios. Pero resulta que la creatura salió rubia y de ojos celestes claros como puede observarse en las tres o cuatro fotografías que se conservan de él (uno de los motes que recibía en el ejército era “el inglés Rawson”). Puede verse una de ellas (ya hombre muy maduro) en “Biografías Argentinas y Sudamericanas” de Jacinto R. Yaben en el tomo IV (pág.913) donde son manifiestan estas características además de su evidente semblanza sajona. Sus hijos y sus nietos, a pesar de la sangre criolla que aportaban los sucesivos matrimonios eran casi todos rubios. En el salón azul del Congreso de la Nación , si nos paramos frente al gran óleo de Blanes cuya figura central es Roca con la frente vendada por la herida que le produjera la pedrada de un anarquista, podemos ver, hacia la derecha del cuadro, en medio de venerables generales de barba blanca y toda la plana mayor de los dirigentes políticos de la época una figura que se distingue fácilmente por su juventud, por su recia estampa y por su cabello rubio. Es el Teniente Coronel Franklin Rawson Guiñazú el mayor de los varones de Juan de Dios (17). Hay otro detalle que torna no imposible pero si un poco ridícula la versión de la madre cocinera (con todo el respeto, la admiración y el amor que me suscitan todas mis antepasadas cocineras, mulatas, negras, indias y de cualquier otra “mala raza o sangre” que por su status deben haber sufrido más, luchado más y sacrificado más en el cumplimiento de su misión esencial de trasmitir la vida) (18). Parece muy improbable que el “jardinero” hijo de la “cocinera”, además sanjuanino, que los mendocinos los miraban un poco por encima del hombro llegue a Mendoza y a los pocos años no case con una criollita mestiza sino con una hija de Juan Antonio Guiñazú Funes, cabeza de uno de los clanes más(pàg. 57) encumbrados y numerosos allá por mediados del s. XIX, y en buen o mal trato emparentado estrechamente con los otros clanes fuertes de la provincia. Mujeres de su familia formaron parte de las llamadas “patricias mendocinas” aquellas que donaron sus joyas y su trabajo al Ejército libertador. Juan Antonio era además uno de los más ricos terratenientes de su época, propietario de una extensa finca en Luján de Cuyo (19). La tradición familiar por su parte ubica a la madre de Juan de Dios (Mercedes Martínez Doncel o Doncel Martínez) en las antípodas: pertenecía a una familia principal de San Juan, poseedora de una antigua capellanía (20) Una hermana (donde se refugia Juan de Dios cuando se va de San Juan) era la esposa del gobernador de Mendoza (21).
Del conjunto de los dichos que hemos recogido, heterogéneos, algunos muy improbables, contradictorios entre si y otros sencillamente no creíbles es imposible extraer una conclusión coherente. Las características de este cuadro variopinto se acentúan si las confrontamos con las de la versión tradicional: probables, homogéneas, armónicas entre si y con todo su contexto histórico y temporal.
Podríamos preguntarnos (haciendo de psicólogo sin serlo), si Juan de Dios no hubiera tenido la certeza de ser hijo de Amán, por qué se atribuiría esa filiación? Que significaba ser hijo de Amán Rawson en San Juan y en Mendoza en los años de 1835/1845 y posteriores en Bs. Aires? Acaso como a fines del XIX: “hijo de Mitre!” (22). Ubiquémonos en la época y en el terreno en cuestión. Rawson era un apellido extranjero, más bien raro y en trámite de obtener carta de ciudadanía. No se trataba de un patronímico (Sánchez, Rodríguez, Pérez o el que fuera) que es el apellido común de cientos de personas y que podría ocasionar que el problema pasara desapercibido. Tan poco común que sólo era el patrimonio de tres adultos: B. Franklin, Guillermo y Juan de Dios. Pero Guillermo se había convertido en figura rutilante en la escena nacional. Inteligente y sabio se admiraban unánimemente sus cualidades morales. Cuando Mitre es elegido Presidente lo hace su ministro del Interior y Jefe de su gabinete y cuando se traslada al frente de batalla en la guerra del Paraguay Guillermo queda a cargo del gobierno. Es sabido también que era el candidato de Mitre para sucederlo como presidente, candidatura que él no acepta por reservas morales. Y en ese marco aparece un tal Juan de Dios, oficial del ejército argentino, que se reclama del mismo apellido y la sociedad entera lo tiene por medio hermano de aquel (no había otra alternativa). Podemos imaginar un fraude en este marco? En todo caso no podría Juan de Dios haber elegido uno más inapropiado para intentarlo. Buenos Aires era todavía una “aldea” y dentro de ella el “desafío” iba a desarrollarse en el círculo más reducido del mismo medio social y político, en el riñón del mitrismo Si hubiera sido así además del timador (Juan de Dios) debe inferirse la necesaria concurrencia de muchos cómplices de los cuales dos eran imprescindibles y necesarios: B. Franklin y Guillermo que callaron celosamente la verdad de tal forma que no fue nunca cuestionada por las generaciones siguientes.
Tampoco hubieran aceptado la simulación las diferentes ramas de descendientes de Amán que siempre se han reconocido recíprocamente. Los Belgrano Rawson (23) y los Maurín comparten la filiación tradicional de Juan de Dios, y la descendencia de Adolfo la confirma cuando la “acusa” de natural. El resto de los indicios, huellas, episodios, características (“prueba” en el sentido científico o sea hecho verificado de una filiación solo hay una: el ADN) que en ningún punto contradicen sino por el contrario me confirman en la certeza de mi tradición familiar los he consignado en mi trabajo (ver nota 2, p. IV) (24).
Volvamos ahora a Marcelo Sánchez para analizar, tarea complicada, el método que utiliza para tratar la descendencia natural de Amán. Es impensable e inimaginable que algun hijo natural(pàg. 58) (mediados del s. XIX) no fuera bautizado pero perteneciendo los padres al estamento superior de su entorno social, hallar sus partidas, si es que se conservan en algún sitio, es pretender encontrar una aguja en un pajar. Carlos Jáuregui Rueda afirma que, en estos casos, la mayoría de las partidas, sencillamente no se anotaban. Yo agrego que también eran “desaparecidas” (es sabido que han llegado a robarse libros enteros ad effectum) (25). Es lo que ocurre con los hijos naturales de Amán: Rosa Rawson de Cardozo, Juan de Dios Rawson y tambien los hijos naturales de Guillermo: Adolfo Rawson Rojo (cc Sofía Zavalía Arias) y Josefina Rawson de Belgrano. No se conoce ni ha sido publicada la partida de ninguno de ellos pero Sánchez se toma el trabajo de advertir, solamente con Juan de Dios, que su “nacimiento no fue encontrado en la Iglesia de la Merced ”, lo cual no es ninguna novedad ni nunca esperé, al menos yo, que allí se hallara. Sobre las partidas de los demás hace total silencio. Nuevamente nos tropezamos con su obsesión. Obviamente que no se los registraba en la iglesia principal sino vaya a saber dónde y bajo qué padres y qué apellidos. También sucedía que algún matrimonio pariente o amigo pasaran como “padres” de la criatura (veremos infra el caso de los Maurín). Con respecto a los hijos de Juan de Dios, de Adolfo y de Josefina Rawson de Belgrano omite muchos de ellos. pero puede deberse a las fuentes a las que recurre, numerosísimas, pero dado que en su obra, nunca las conecta con ningún dato particular, es imposible saber cuáles fueron. Comete también errores y omisiones manifiestos (26). Veamos cada caso.
Rosa Rawson, hija natural de Amán. Como dato muy interesante (e inédito) nos da el nombre de la madre, Dª Carmen Castro Nuñez, que nunca nadie había siquiera insinuado (que interesante sería conocer la fuente), y sugiere que debe haber apellidado Castro antes del reconocimiento (pág. 111 de su trabajo) al igual que su probable año de nacimiento, 1824, que se deduce del de su fallecimiento (27). No informa sobre el bautismo de su hija Rosa, hasta ahora también desconocido que yo sepa –falta que tampoco le merece comentario alguno- que casó con Justo Castro futuro gobernador de San Juan y pionero de la vitivinicultura.
Juan Estanislao Maurín y sus hermanos Manuel Antonio y José Saturnino. Hijos naturales de Amán Rawson y Carmen Maurín. Para M. Sánchez (pág. 276) Juan Estanislao si, Manuel Antonio sólo de Carmen y Saturnino no existe (murió en el combate de “la Rinconada ). Por qué? No sabemos ni M. Sánchez lo explica. No nos dice nada de sus bautismos no obstante que miembros de la familia Maurín, orientados por mi, hurgando en los libros parroquiales, han encontrado dos partidas pero en ellas no figuran ni Amán y en otra ni siquiera Carmen (fotocopias en mi poder). Fui el primero que consignó por escrito en una publicación la filiación Rawson de los Maurín. Lo hice porque fueron Maurín los que me informaron, me autorizaron y me pidieron que lo hiciera (28). La historia es esta: en agosto de 1988 vinieron a comer a mi casa Alfonso Díaz Cano y su señora, Facundo “Lalo” Aubone Dehesa amigo mío de toda la vida (ya fallecido) y Emilio Maurín Navarro conocido bodeguero e historiador, todos de familias sanjuaninas de antigua data. Lo hicieron con el propósito de acercar a dos Rawson, intención que se me hizo patente despues. He contado ya la grata impresión que me causó Emilio por su apertura, su cultura, su inteligencia y su calidez. En el transcurso de la reunión me dijo que ellos, los Maurín, eran Rawson por varonía. Me regaló una biografía de Guillermo Rawson de su autoría con la siguiente dedicatoria: “Al amigo Mariano Espina Rawson Paz con todo afecto. Emilio Maurin. Buenos Aires, 5 de agosto de 1988” . Desgraciadamente no volví a verlo porque la mayor parte del año lo pasaba en San Juan y murió no muchos años después del encuentro que habían pergeñado Alfonso y Lalo a quienes agradezco mucho, aquí, el contacto que hicieron. También fueron ellos quienes me informaron “Pero Mariano, no sabés que medio San Juan desciende de Amán?”. M. Sánchez sabe sin embargo que Juan de Dios no se encuentra dentro de esa mitad y seguramente Lucrecia y él mismo tampoco, aunque en materia tan incierta la libertad de opinión debe permanecer irrestricta.
(pàg. 59)Tomé luego contacto con una sobrina de Emilio a través de Alfonso Díaz Cano. Allí el diálogo fue mucho mas conciente, reiterado y rico en contenido. Me regaló una biografía de Juan Estanislao Maurín y me trasmitió dos versiones que se contaban en su familia:
-que Rosa Rawson le había ofrecido a Juan Estanislao su testimonio para que fuera reconocido como hijo de Amán, cosa que no le interesó a J. Estanislao,
-que Juan de Dios se había criado en casa de Amán y que para su ingreso en el Ejército se le había hecho una información de reconocimiento (cuyo artífice no puede haber sido otro que B. Franklin). De esta versión yo no tenía noticias en mi rama familiar pero la doy por segura porque Juan de Dios, lo pensaba pero recién lo he comprobado ahora, antes de su estado militar apellidaba Martínez en los documentos, (ver nota 15). En el ejército, a partir de 1859, fue siempre Juan de Dios Rawson. De todos modos en su foja de servicios en el Archivo Militar esa información no la he encontrado.
Adolfo y Josefina Rawson de Belgrano, nietos de Amán, hijos naturales de Guillermo. Los hace hermanos enteros legitimados por matrimonio (¡¡¡?). No se de dónde saca esta legitimación ya que la sucesión de Guillermo Rawson (1890) se consigna expresamente el carácter de hijo natural de Adolfo y Josefina no figura en todo el expediente (29). De dónde entonces la legitimación? Digamos que el primero en publicar que Josefina es hija de sangre de Guillermo fue Carlos Calvo y luego yo mismo porque en todos los otros trabajos que la mencionan se la hacía figurar como hija adoptiva de su padre (30). Mi fundamento era mi tradición familiar y el conocimiento de Josefina a través de los lazos de parentesco y amistad, que mantuvo mi rama con ella, especialmente con Franklin Rawson Guiñazú, cuando Josefina vda. de Belgrano y casada con Vicente Castro Zelaya, pasaba algunos meses del año en Paris igual que áquel. Pero cuál es la fuente de M. Sánchez? Asegura también (Lucrecia también lo sostenía) que Adolfo y Josefina son hermanos enteros, hijos de Guillermo y su prima segunda Jacinta Rojo, hecho sobre el cual tengo muy serias dudas y casi diría la certeza de lo contrario. Adolfo nace el 22.9.1848 y Josefina, según su nieto (31), el 16.8.1870 lo que torna sino imposible al menos muy improbable que Jacinta Rojo fuera la madre de los dos. Sánchez acepta el día y el mes (16 de agosto, pero dónde los obtiene?) y hace retroceder el año a 1850 sin caer en cuenta que si fuera así como se explica que todavía tuviera hijos en 1895 y 1897 como afirma en su Diccionario Biográfico y Genealógico? De todos modos podría facilitar las fuentes de lo que afirma. Personalmente me inclino a ubicar el nacimiento de Josefina más cerca de la fecha que señala su nieto 16.8.1870 (muere en 1940).
En una palabra, ignoramos cuál es la fuente de todos estos datos (los sabidos, los inéditos, los verosímiles, los inciertos y los equivocados o inexistentes). Por qué a Juan de Dios y a Manuel Antonio Maurín les niega su filiación, por qué se la concede a Juan Estanislao Maurín, por qué a Josefina Rawson?
Por otra parte el desafío con el que inesperadamente he tropezado me ha obligado a refrescar hechos y noticias que estaban dormidos y de los cuales no había extraído todas sus lógicas y casi necesarias relaciones y consecuencias. He tenido que refrescar y buscar fechas que una vez encontradas no contradijeron la tradición. sino que se ensamblaron perfectamente con ella.
Si la filiación de Juan de Dios - tan fundamental para la genealogía sanjuanina! - tomara rango de problema provincial, sus restos están en la bóveda de mi familia en la Recoleta (a pasos de la de B. Franklin y Paz Mendieta donde han desaparecido dos óleos de su autoría que se veían a simple vista) y también se sabe donde están los restos de Amán, de B. Franklin, de Guillermo, y de sus hijos por lo que un ADN es totalmente posible. Si el resultado fuera (pàg. 60)adverso a mi tradición familiar como la he expuesto yo quedaría más confundido que los Kirchner con el ADN de los hijos de la sra. de Noble y como se que hay personas que creen que el atentado contra las torres gemelas no fue obra de Al Quaeda sino del Pentágono y de la CIA (“no hay peor ciego …”) supongo que si confirmara la filiación que la tradición asegura, M. Sánchez a su sentencia con que empezamos este artículo (“lo dan equivocadamente como hijo natural de don Amán Rawson y de Mercedes Martínez”) agregaría: “y la prueba de ADN realizada recientemente arrojó también resultado equivocado” ya que la “genealogista Lucrecia Devoto decía que el muchacho era el jardinero de … …”. (32).
De todos modos la sociedad de hecho que hemos conformado Lucrecia, su apuntador y yo ha dado como fruto que ya nadie podrá negarle a mi bisabuelo el honroso título de “Juan de Dios Rawson el precursor de la jardinería sanjuanina”. Estoy consultando con heraldistas amigos con que ikono heráldico podríamos incorporar en el escudo familiar este memorable descubrimiento, hasta ahora desconocido.
Por último una convicción que se ha formado calladamente en mi conciencia: ¿Cuál es el origen de nuestras certezas genealógicas?. Creo que comienza en forma intrauterina, como una gnosisosmogenética, intuición prerracional a la que naturalmente, a medida del crecimiento, se añaden elementos sensibles y por último el asentimiento de la razón. Creo que el recién nacido de alguna manera distingue perfectamente si está en brazos de su madre o de una enfermera. Luego, al acceder al uso de los sentidos, comienza por distinguir rostros, olores, colores, gestos y palabras, en primer lugar los de sus padres. Y esta es una certeza irreductible contra la que no vale ninguna “prueba” en contrario. Luego por fin se adicionarán la tradición familiar, anécdotas, y documentos históricos que ratificaran esa certeza, o en algún caso la contradijeran pero difícilmente la conmoverán. La prueba de ello es que antes se hacía lo posible y lo imposible para ocultar a los hijos adoptivos ese carácter y hoy en día la psicología aconseja por el contrario revelar esa condición lo mas prontamente posible porque su ocultamiento no tiene fuerza contra esa certeza intuitiva. Eso aún en casos en que las características físicas de los hijos adoptados armonizan con la de sus padres adoptivos. Se aconseja ahora hacerlo también con los nacidos “in vitro”. Pero no es natural que sea así? Esa certeza que tiene toda persona (podrá no indicarle quiénes son sus padres pero le indica al menos quiénes no son) es el origen de todas nuestras certezas posteriores. Porque si careciéramos de esa primera certidumbre (aunque contáramos con toda la documentación que la certifique) inútil es que después construyéramos esa interminable concatenación de generaciones en que nos entretenemos los genealogistas. Esa certidumbre se eslabona naturalmente con la de nuestros padres, abuelos y demás ancestros. Quién puede convencer a los descendientes del general Belgrano, y a nosotros, que no serían tales dado que el venerable general en su testamento afirmó, así dicen, no tener hijos y no haberlos tenido nunca? Si alguien tuviera alguna duda le recomiendo vestir con el uniforme y el birrete de nuestro prócer a cualquiera de ellos y comprobará que está delante del creador de la bandera doscientos años después de su muerte. De otro notorio personaje de nuestra historia, también dicen, habría afirmado: “Todos saben que los hijos de mi hijo no son mis nietos”. Sin embargo sus nietos y sus bisnietos, rubicundos o morochos, son todos iguales a él y clonan su planta gaucha al milímetro. Ahora por qué hicieron esas afirmaciones escapa del campo genealógico y se traslada al de la psicología.
Notas.
(1) En estas líneas van a consumir mucho más espacio las notas y citas que el cuerpo principal por dos motivos: creo que todo trabajo genealógico deben abundar en ellas (y de paso (pág.61) aprovecho la oportunidad para consignar recuerdos y anécdotas familiares sin ninguna importancia, pero que seguramente los descendientes de Juan de Dios Rawson y Elizarda Guiñazú apreciarán, y en segundo lugar para que la atención no se desvíe del eje de la argumentación. De todos modos el trabajo puede leerse prescindiendo de toda citación.
(2) Aclaremos que los genealogistas que han tocado el tema de Juan de Dios no pasan de tres o cuatro incluyéndome a mi aunque todos (fueran los que fueran) no tienen otra referencia que la certeza que tenía el primero de los “genealogistas” que trató el tema, o sea el mismo Juan de Dios de Rawson. Ellos son:
I) El primer trabajo público lo produjo en 1933 la Comisión Nacional de Homenaje a Rawson que se constituyó con motivo del monumento que se le dedicó allá por 1928/29 (Pueyrredón y Las Heras en la Cap. Fed ). Esta comisión, integrada por muchísimos sanjuaninos (a) editó el libro “"Rawson. Su monumento" (Gerónimo J. Pesce y Cia, impresores. Bs. As. 1933) en el cual, en el capítulo III se informó la ascendencia del prócer y su descendencia a través, unicamente, de su hijo Adolfo (“el Dr. Adolfo Rawson, único hijo, …”. No se menciona la madre) excluyendo a las otras ramas. Rectificó la Comisión su criterio y publicó inmediatamente una Separata (b), como complemento del capítulo III, en la cual se incluyeron “otras ramas descendientes del doctor Amán Rawson, pertenecientes por tanto, a la familia Rawson en la Argentina , de quienes tenemos referencias: El Coronel D. Juan de Dios Rawson, que combatió en las filas de nuestro glorioso Ejército en la guerra contra el tirano del Paraguay; Doña Rosa Rawson, casada con D. Martin Cardozo y Doña Josefina Rawson de Castro, viuda de Belgrano, troncos todos de calificadas familias de esta Capital, y en nuestra Provincia”. De Juan de Dios se hace constar que es hijo de “Amán y de doña Mercedes Martínez” pero no se consigna la filiación de Rosa y Josefina. Esta aclaración tuvo el consenso unánime de la Comisión , casi todos sanjuaninos y nadie, dentro ni fuera de ella la contradijo (por versiones familiares se que uno de sus miembros, pariente político de mi rama Rawson, pero puede suponerse que no sería el único, había objetado el carácter de “natural” de Juan de Dios y claro está de Rosa y Josefina).
(a) La lista es extensa pero la consigno para que se tome nota de la gran cantidad de sanjuaninos que la integran, muchos de los cuales serían hijos de contemporáneos de Juan Dios: Presidente Dr. Domingo R. Moron, Vicepresidentes: Dr. Doroteo Basañez, Dr. Juan Carlos Navarro, Capitanes de Navío Gabriel Albarracín y Arturo . Nieva, Sr. Juan Pablo Echagüe. Secr. Gral. Dr. Carlos A. Berghmans, Secr. Dr. Ernesto Mallea Gil, Tesorero Dr. Eleodoro Gallastegui, Protesorero Dr. Narciso S. Mallea, Vocales: Dr. Vicente Gallastegui, Dr. Marcelino Herrera Vegas, Coronel Teodomiro Garro, Dr. Arturo Ferrand, Coronel Julio C. Mallea, Dr. Facundo Larrosa, Dr. Juan P. Tierney, Sr. Félix A. Carrié, Gral. Antonio Jiménez, Sr. Francisco Fourcade, Dr. Pedro A. Garro, Sr. Eduardo Basañez, Dr. Juan P. Albarracín, Tte. Cnl. Rudesindo Gallastegui, Dr. Jorge T. Rojo, Sr. Basilio C. Nieva, Dr. Ventura Lloveras, Dr. José A. Correa, Sr. Guillermo Yanzi Oro, Tte. de navío Domingo de Oro, Sr. Belisario Albarracín, Ing. Eduardo Martínez, Dr. José M. Jorge, Sr. Eduardo Videla, Cnl. Francisco Verdier, Sr. Federico Santa Coloma Brandsen, Sr. Saúl Quiroga, Dr. Jorge D. Aubone, Dr. Miguel Echegaray, Dr. Edmundo C. Chedufeau, Dr. Nicolás Lozano, Dr. Carlos G. Malbrán, Sr. Zacarías A. Yanzi, Sr. Arnobio Sánchez, Dr. Horacio C. Videla, Dr. Tiburcio Padilla, Ing. Julio F. Dacharry, Sr. Oscar Correa Arce, Sr. Augusto Schade, Sr. Carlos A. Hansen, Cap. de Navío Julio Castañeda, Sr. Guillermo Rawson, Sr. Noé Correa Arce, Dr. Horacio Videla (h), Vicealmirante Ramón González Fernández, Dr. Luis R. Brandam, Dr. Raúl Rojo, Ing. Ciro Quiroga, Dr. Guillermo Valdés, Cnl. Raymundo Baigorria, Sr. Ventura Moron, Dr. Mario Videla, Dr. Alberto Palomeque, Cnl. Tomás A. Paterson, Sr. Manuel E. Vera, Sr. Víctor (pág.62)Mercante, Dr. Martin de Oro, Dr. Luis Cavilliotti, Sr. Gelon Martinez, Sr. Franklin Nieva, Sr. Carlos A. Sarmiento, Sr. Domingo Galaburri Salcedo, Sr. Carlos A. Jiménez, Sr. Mario E. Videla Morón, Ing. Máximo de Oro, Sr. Jorge González Larrosa y Dr. Adolfo Rawson.
Guillermo K. Collado Madcur me informo que varios de ellos son parientes de M.Sánchez y de Lucrecia Devoto.
Los dos Rawson que integran la Comisión son Rawson Zavalía, nietos del prócer. Cuando estos nietos (y sus hijos) fueron grandes se produjo un fenómeno curioso. El dr. Adolfo Rawson, el hijo de Guillermo había muerto joven muchos años atrás (21.5.1882) y sus hijos, muy chicos cuando esto ocurría (el mayor entre 5 o 7 años), parece que ignoraban o fingían ignorar, que aquel era hijo natural (qué no se hacía para ocultar esa condición!). La consecuencia fue que pasaron a creer que eran la única descendencia legítima Rawson en la Argentina y a tratar al resto, incluída Josefina Rawson de Belgrano, que era también hija de Guillermo, como “los naturales”. Esto originó que se olvidara, si es que la conocían, la cordial y respetuosa relación que había existido entre los hijos de Juan de Dios y Adolfo, medios primos hermanos entre si (poco frecuente ya que Adolfo era Juez en Mercedes donde vivía y bastante mayor que ellos), sino una serie de anécdotas que no podemos observarlas a la distancia más que con una sonrisa. Pero la “acusación” consistía en la condición de “naturales” jamás nadie escuchó que se le negara a Juan de Dios su filiación. Asimismo esta circunstancia debe haber sido una de las causas, entre otras, del acercamiento y los afectuosos vínculos entre los descendientes de Juan de Dios y Josefina Rawson de Belgrano y los suyos.
(b) Un ejemplar de esta separata (se imprimieron por montones, Yo todavía conservo muchas) le regalé a Lucrecia Devoto que me comentó: “Ah, no tenía ni idea de esto!”.
II) Carlos Calvo en su “Nobiliario del Antiguo Virreynato del Río de la Plata ”, tº IIº (Bs.As., 1936).
III) El Cap. de Navío Jacinto R. Yaben en sus “Biografías Argentinas y Sudamericanas” (Bs. As., 1945?)
IV) En Octubre de 2006 publiqué el artículo “El apellido Rawson en la Argentina. El Dr. Amán Rawson y su descendencia”. (publicación nº 2 de GENS NOSTRA, págs.317/329) Acepto el título de genealogista como un eufemismo porque nunca me he ocupado de otras ramas que no sean las mías. No por razón particular alguna sino simplemente porque no me interesa. Me ha sorprendido ahora enterarme cuántos genealogistas habían especializados en Juan de Dios Rawson, pero ninguno de ellos, se comunicó conmigo para intercambiar información, incluído M. I. Sánchez que sin embargo parece haber sacado alguna de mi trabajo. Me sorprende este interés particular sobre mi bisabuelo pero observo que hay otros antecesores míos que también originan curiosidad. Con solo comunicarse conmigo podrán enterarse inmediatamente cuantos de ellos son naturales, adulterinos, sacrílegos, etc. y así no desperdiciar parte de su tiempo, que como todo tiempo humano es precioso.
V) Pueden incluirse también como “genealogistas” en el sentido de hacerlo a Amán padre de Juan de Dios, a la Iglesia que aceptó su apellido, al Ejército Nacional, y todas las crónicas periodísticas con motivo del fallecimiento de Juan de Dios en 1902 y en 1933 (por los cien años de su nacimiento!).
VI) En el sentido de negarle la filiación sólo conozco uno: Marcelo I. Sánchez (en realidad Lucrecia Devoto).
(pág. 63) (3) – Por expresarme con la máxima prudencia podría calificar el juicio de Sánchez, la oportunidad y la forma en que lo hizo, de imprudente y falto de elegancia. Haberlo hecho en Bs. Aires, donde podrían haberse encontrado (agradezco a la providencia que una fuerte gripe impidiera mi concurrencia) más de un descendiente de Juan de Dios carece de elemental educación. Un proceder prudente, educado, elegante lo hubiera inclinado a comunicarse conmigo previamente e intercambiar información - sabe que soy bisnieto de J. de Dios y “uno de los genealogistas que se equivocan” - más aún tenemos amigos comunes . Hubiera sido una conducta normal, racional y caballeresca. Seguramente no se le debe haber ocurrido. Por otra parte, quién o quiénes en el Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas lo permitieron, si es que no fueron sorprendidos, son responsables de una ligereza incomprensible aunque no le otorgo ninguna otra significación.
Es imposible no hacer una breve incursión en el campo de la psicología. Unos años atrás Hernán Lux-Wurm que dirigía el frenético intercambio de e-mails en “Gens Nostra” me dijo: “Ahí apareció un tal Sánchez de San Juan que preguntó “De dónde sacan uds. que Juan de Dios Rawson es hijo de Amán Rawson”? A continuación me contó que se había peleado con él (que raro en Hernán!) y lo había hecho expulsar (tengo entendido que después lo reincorporaron). Yo no le concedí ninguna importancia, y comenté que era un disparate haberlo expulsado. Pero ahora, en las actuales circunstancias me pregunto: “y quién puso el tema de Juan de Dios sobre el tapete, en aquella oportunidad sino M. Sánchez?” Está claro que se trata de una obsesión originada vaya a saber Dios en qué. Lo cierto es que esta persistencia suya con la filiación de Juan de Dios no tiene explicación racional. Se debe haber creído depositario de un secreto “tremendum”, que no tenía derecho de ocultarlo a las generaciones venideras y debía revelarlo como fuera. Me lo imagino cuando de palabra lo reiteró (como si Juan de Dios fuera la clave de la genealogía sanjuanina!) en la reunión de septiembre 2010 del Instituto. Se me representa como uno de los soldados americanos integrantes de aquel famoso pelotón que izó la bandera estadounidense en Guadalcanal. En realidad de no mediar esta circunstancia y la puesta por escrito de su disparate no me hubiera tomado el trabajo de esta larga disquisición pero siento la obligación de no dejarlo sin voz a Juan de Dios, a Amán, y cumplir un deber con toda su descendencia. Aclaro que no se trata como hubiera sido varias décadas atrás, de una cuestión de honor (es sólo una filiación, cualquiera que sea siempre permaneceremos dentro de la especie). Hasta puedo llegar a pensar que si alguien, en esas épocas, hubiera compartido el juicio de Sánchez, seguramente se hubiera callado porque lo que estaba en juego era un duelo y no a primera sangre y con qué contrincantes! Me viene a la memoria el lance que tuvo lugar al inicio de la década de 1940 entre el Gral. Benjamín Menéndez y el Gral Arturo Rawson. Yo lo conocía por relatos familiares pero me lo recordó uno o dos años antes de su muerte, el Gral. Tomás Sánchez de Bustamante (“Conito”, Jefe de Estado Mayor durante la presidencia del Gral. Lanusse) que recordaba con viril emoción como siendo subteniente recién egresado del Colegio Militar, una día a la seis de la mañana, se ordenó reunir con premura, formando un círculo en uno de los grandes patios del regimiento a toda la oficialidad, para presenciar el enfrentamiento que se llevó a cabo puntualmente (creo que en el 1 de Infantería “Patricios” en Palermo). La cosa había sido así: Menéndez como Comandante en Jefe del desfile de ese año había felicitado a todas las armas, menos a la caballería cuyo Jefe era Arturo Rawson. El honor del arma estaba en juego, los padrinos no perdieron tiempo con pamplinas y el duelo se pactó inmediatamente para el día siguiente a sable. Menéndez era campeón de sable del Ejército y Arturo nunca había hecho esgrima. A los voz de “a uds!” éste hace un afondo y toca el pecho de su adversario pero la parte más dura del esternón impide que la hoja penetre lo que hubiera significado inevitablemente la muerte. Por su parte Menéndez sobre el afondo de Rawson tira un feroz mandoble que da sobre el cuello de Rawson y le deja la cabeza colgando. No hubo (pág. 64) posibilidad de continuar! A Rawson le dieron allí mismo diez y siete puntadas en el cuello. Con el tiempo lo designaron en una o dos oportunidades como director de duelos que se llevaron a cabo pero como antes de iniciar el lance decía a los duelistas: “Señores, les advierto que soy partidario del duelo a muerte” no lo importunaron más para estos menesteres. Arturo le debe a su tradición familiar paterna el haber sido uno de los poquísimos altos oficiales del Ejército Argentino, en realidad bastan los dedos de una mano para contarlos, que no fue germanófilo por no decir nazi, sino aliadófilo en aquella época.
(4) El desafío era preocupante. Nunca había hablado en público, micrófono en mano o sin él, y no era una exposición sino una controversia. Me dijeron algunos amigos que se me vió nervioso (soy de temperamento nervioso e irritable), acalorado (no obstante nadie notó la espuma que me salía por la boca) y que había tratado el tema de forma muy personal lo que es de extrañar dado que se trataba de la desaparición de uno solo de mis ocho tatarabuelos, porcentaje bajísimo, y sólo se contradecía una certeza de 180 años de antigüedad. Ya finiquitado el tema de la filiación, un auríspice invocó el espíritu del pavo real (auténtico pavo!) y el debate pasó al “status” de Juan de Dios en la casa de Amán. Diego Herrera Vegas manifestó que Juan de Dios era tratado por sus hermanos como de “segunda”. Me nace la siguiente reflexión. Los hijos de “primera” son obviamente los legítimos, los naturales aunque se tratara de Don Juan de Austria son de segunda. Pero también podían ser de cuarta o de décima asi que nuevamente me complazco en agradecerle desde estas líneas a Diego que lo haya colocado a Juan de Dios en el escalón inmediatamente inferior al de B. Franklin y Guillermo. Yo, como reconozco mi total ignorancia del asunto (a), intervine solamente para insinuar que si Juan de Dios había bautizado a su primogénito con el nombre de Franklin, quizá ello fuera una muestra de afecto y agradecimiento para con su hermano mayor (como ya dije supra), pero entre tantos especialistas guardé prudente silencio. De todos modos, aunque perdí la ocasión de averiguar si Juan de Dios era pecoso, intríngulis que me preocupa desde chico, se llegó a conclusiones capitales como “toda criatura tiene un padre y una madre” que merecieron unánime aprobación (la opinión de M. Sánchez al respecto no pudo conocerse porque la conexión en directo que se intentó con él, que estaba en Córdoba, fracasó). (b) Yo por mi parte también asentí con la salvedad que no sabía como sería, desgraciadamente, la cosa en los tiempos por venir. Por último todo el mundo manifestó su creencia de que Juan de Dios era hijo de Amán (al menos nadie hizo pública su oposición) pero este consentimiento o su contrario, si hubiese ocurrido, no afectan la filiación de Juan de Dios y a esta altura creo que a Juan de Dios tampoco.
(a) No sólo ignoro el de Juan de Dios. Me atrevería a afirmar que lo mismo me pasa con todos mis bisabuelos.
(b) No puedo menos que felicitar el inédito y encomiable esfuerzo por mejorar el marco informático de las conferencias de nuestro Instituto. Habérmelo hecho saber, ya que yo era el encargado de inaugurarlo, hubiera sido un gesto de exquisita cortesía.
(5) El diccionario define el vocablo “chisme” como una afirmación, verdadera o falsa (yo diría que en la mayoría de los casos inventada. Cuando se trata de un hecho cierto suele ocurrir que con el tiempo la "cosa" cobra vida propia, crece, se engalana, se metamorfosea y el producto final llega a no tener relación alguna con el dato original) cuya esencia es la intención de difamar, rebajar, disminuir o humillar alguna persona o a algún colectivo. Pero por qué se origina? Se me ocurren dos causas: como respuesta a un agravio, o por celos y/o envidia. Descarto que se pueda tratar de la primera al menos de parte de Juan de Dios que a sus 13/14 años se va de San Juan y nunca más retorna que yo sepa. De alguno de sus descendientes? No (pág.65) tengo ninguna huella de ello e investigarlo parece imposible. Y si apuntamos a la segunda aquí no había palacios, estancias ni fortunas para envidiar. Ni tampoco oropeles sociales. Solo resta la notoriedad pública, particularmente en el campo político-militar-profesional, que sin solución de continuidad se dio en los descendientes de Juan de Dios (ver nota 11). Pero si esto es así tenemos que descartarlo a Juan de Dios como recipiendario de la “agresión”. Se concluye entonces que si la posteridad de Juan de Dios hubiese sido anónima o hubiera pasado desapercibida el problema de su filiación no se hubiera planteado, este artículo no se hubiese escrito y M. Sánchez no hubiera sufrido obsesión alguna al respecto.
(b) No puedo menos que felicitar el inédito y encomiable esfuerzo por mejorar el marco informático de las conferencias de nuestro Instituto. Habérmelo hecho saber, ya que yo era el encargado de inaugurarlo, hubiera sido un gesto de exquisita cortesía.
(5) El diccionario define el vocablo “chisme” como una afirmación, verdadera o falsa (yo diría que en la mayoría de los casos inventada. Cuando se trata de un hecho cierto suele ocurrir que con el tiempo la "cosa" cobra vida propia, crece, se engalana, se metamorfosea y el producto final llega a no tener relación alguna con el dato original) cuya esencia es la intención de difamar, rebajar, disminuir o humillar alguna persona o a algún colectivo. Pero por qué se origina? Se me ocurren dos causas: como respuesta a un agravio, o por celos y/o envidia. Descarto que se pueda tratar de la primera al menos de parte de Juan de Dios que a sus 13/14 años se va de San Juan y nunca más retorna que yo sepa. De alguno de sus descendientes? No (pág.65) tengo ninguna huella de ello e investigarlo parece imposible. Y si apuntamos a la segunda aquí no había palacios, estancias ni fortunas para envidiar. Ni tampoco oropeles sociales. Solo resta la notoriedad pública, particularmente en el campo político-militar-profesional, que sin solución de continuidad se dio en los descendientes de Juan de Dios (ver nota 11). Pero si esto es así tenemos que descartarlo a Juan de Dios como recipiendario de la “agresión”. Se concluye entonces que si la posteridad de Juan de Dios hubiese sido anónima o hubiera pasado desapercibida el problema de su filiación no se hubiera planteado, este artículo no se hubiese escrito y M. Sánchez no hubiera sufrido obsesión alguna al respecto.
(6) Con el título de “genealogista” Sánchez quiere “inflar” la información que dice haber recibido de Lucrecia (argumentum ad hominem). Sin embargo la verdad que refleje es independiente de la condición del informante. Si fuera verdadera lo mismo da que provenga del ciruja de la esquina o del titular de astrofísica de la Sorbonne y si no lo es, lo que único que consigue es menoscabar la entidad de la “genealogista” en cuanto tal. No queda claro tampoco si lo que recibió de Lucrecia es solamente la versión del “jardinero” o también incluye lo de “criado en lo de B. Franklin y Paz Mendieta” que supone un evidente error histórico. Y si no lo recibió de Lucrecia lo inventó él?
(7) Amán Rawson fué padre de tres hijos de su matrimonio con Justina Rojo y tuvo además cinco hijos naturales (hasta ahora conocidos). Ellos fueron:
-Benjamín Franklin Rawson Rojo, n. 29.3.1820, f. 1971. Casó el 25.3.1847 con Paz Mendieta. El único hijo de este matrimonio, Fidel, falleció adolescente. B. Franklin es conocido como uno de los primeros pintores argentinos.
-Guillermo Colesbery Rawson Rojo, n. 25.6.1821, f. 2.2.1890. Casó con su prima segunda Jacinta Rojo (vda. de Alejandro Piñero) el 29.1.1870.
Guillermo fué padre de Adolfo, n. 22.9.1848 en San Juan y de Josefina n. 16.8.1870 en Bs. Aires. Por Adolfo existe numerosa descendencia Rawson y de Josefina viene toda la rama de los Belgrano Rawson.
-Justino Rawson Rojo n. 25.7.1822, f. el 30.8.1822, pocos días antes había muerto su madre.
-Rosa Rawson. Probablemente la mayor de todos los hijos de Amán (c.1819/1824). Casó con Martín Cardozo. Fueron padres de Rosa Cardozo Rawson casada el 11.11.1864 con Justo Castro, quién fuera más tarde gobernador de San Juan.
-Juan de Dios Rawson Martínez, n. 25.8.1833, f. 13.4.1902. Casó con Elizarda Guiñazú Encinas. Fueron padres de diez hijos de los cuales sólo cinco superaron la infancia.
-Manuel Antonio Maurín. cc NN Salcedo. No tuvieron sucesión.
-José Saturnino Maurín. Falleció muy joven en el combate de "La Rinconada " en el que el gobernador Aberastain enfrentó “con la flor y nata” de la juventud sanjuanina a las tropas del Coronel Sáa. No tuvo descendencia.
-Juan Estanislao Maurín, n. 1844, f .5.1.1905, quizá el empresario más destacado de su época (hijo de Amán!), padre del gobernador Juan Maurín. Hay una biografía del historiador César H. Guerrero. Guerrero (“Sanjuaninos del ochenta”, San Juan, Sanjuanina, 1965)
(pág.66) -Además, según me han asegurado sanjuaninos conocedores del tema Amán es antepasado de: “medio San Juan”.
Una pregunta que me hice siendo un chico pero ya como genealogista curioso se la hice a mi madre: ¿Por qué Amán no se casó con Mercedes Martínez siendo que ya era viudo desde hacía varios años? La respuesta fue que lo ignoraba pero que ella había hecho la misma pregunta a su tía la Dra. Elvira Rawson de Dellepiane que le repitió la misma respuesta agregando que en todo caso no era por la condición social de Mercedes dado que esta pertenecía a una familia principal de San Juan. Pero ahora me vuelvo a preguntar y por qué no se casó Amán con Carmen Maurín con la que tuvo al menos tres hijos y con la que se supone convivió varios años? La única hipótesis que puedo esbozar es a raíz de una carta que he leído de Guillermo a B. Franklin o viceversa en la que hablan del recuerdo sagrado que su madre Justina Rojo despertaba en ellos y cuya pérdida tan temprana habían sufrido. Y de ahí quizá se pueda deducir que Amán habría temido herir sus sentimientos.
(8) En casos dudosos siempre aparece el competidor: a Perón al menos se le atribuyen dos. Diego Herrera Vegas, a partir de una tradición familiar, cree que Diego de Alvear tiene más chances de ser el padre de José de San Martín que Juan de San Martín (hipótesis terminantemente rebatida en minucioso y largo estudio por el Instituto Nacional Sanmartiniano, en primer lugar no por improbable sino por imposible. Casi venga al caso señalar que, vaya coincidencia! M. Sánchez la apoya entusiastamente); a Pancho Ramírez “el Supremo entrerriano”, Carlos Roca con sólidos fundamentos, le atribuye un señor que no apellida Ramírez, etc. Una negación sin su contrapartida positiva es absolutamente original.
Si Sánchez (o el que fuera) hubiera presentado una argumentación verosímil, con fundamentos creíbles e historicamente probables en apoyo de su hipótesis (que presenta como tesis hermética no discutible) se la hubiera podido cotejar “académicamente” con la tradición y de ahí concluír cuál de las dos es la más sólida, la más lógica.
(9) Hará unos años, el escritor y novelista que debe ser algo así como primo o más bien sobrino tercero o cuarto mío, Eduardo Belgrano Rawson me derivó un médico (Arnoldo …..?) que quería obtener el doctorado con una tesis sobre el tema de Guillermo Rawson como higienista para que lo encaminara en su investigación. Puse a su disposición todo los elementos que tengo y al final lo dirigí hacia una bisnieta ya anciana de Guillermo (Rosa?), en búsqueda de alguna documentación que hubiera quedado entre sus descendientes. Nada conservaban éstos y la interlocutora lo contactó con Lucrecia. Mantuvo una conversación con ella y en algún momento se tocó el tema de Juan de Dios. El comentario, según me contó Arnoldo sin caer éste mucho en cuenta de lo que me decía fue: “hijo de la cocinera!”.
(10) Cuando la conocí a Lucrecia en el ámbito genealógico del Instituto me precipité sobre ella para saber que recuerdo, si alguno tenía, me podía trasmitir de Juan de Dios. No emito juicio alguno sobre ella como genealogista porque no he leído ninguno de sus trabajos. Sólo estoy dando mi opinión sobre afirmaciones sobre J. de Dios, que con razón o sin ella se le atribuyen pero quiero subrayar la impresión que me causó cuando la traté: agradable, fina, llena de criolla distinción y encanto provinciano. Fue entonces que me dijo que ella creía que Juan de Dios era hijo de (Benjamín) Franklin. No puedo ocultar el asombro que me provocó tal afirmación. Luego de un corto silencio le dije que teniendo en cuenta sus respectivas fechas de nacimiento la cosa no era posible. Lucrecia no contestó como diciendo “bueno, si tu lo dices”. Esta creencia suya me la trasmitió con toda sinceridad, franqueza y sencillez y nada tengo que reclamarle al respecto. Pero qué ensalada podemos hacer con todos sus dichos!: hijo de B. (pág.67) Franklin cuando estaba entre sus 10 y 12 años, hijo de la cocinera, criado en su casa, contratado después como jardinero por su propio padre. Con el tiempo transcurrido y la tranquilidad consecuente me pregunto (interrogante que me planteó Jorge Lima Glz. Bonorino) ¿será Lucrecia responsable de todas estas afirmaciones? Realmente no lo podría asegurar. Doy pleno testimonio de lo que me dijo personalmente: creía que Juan de Dios era hijo de B. Franklin. No hay razones para dudar de la veracidad de lo que dice Sánchez, sólo me queda la duda sobre el comentario sobre la madre de Juan de Dios. Antes de esto me había contado algo potencialmente genealógico pero finalmente frustrado: había sido festejada por un tío mío Franklin (“Chicho”) Dellepiane Rawson, abogado muy conocido en la City décadas atrás y hermano de Julio, Roberto y Manuel, deportistas de primer nivel, médicos prestigiosos (los dos primeros), fundadores del Club Universitario de Bs. As. (CUBA). De Julio se dice que fue “El Fundador” hecho que habría ocurrido en el sótano de la casa de sus padres en Agüero (1568) y Santa Fe.
Lucrecia sabía bien todo lo concerniente a la descendencia de Guillermo a través de su hijo Adolfo pero ello no fue ninguna novedad con relación a lo que yo ya conocía. Nada me dijo de los Maurín Navarro y de Josefina Rawson casi nada.
(11) Es importante retener como trasfondo de toda mi argumentación que Juan de Dios se va de San Juan a sus 13 o 14 años y nunca más retorna a su terruño, ni siquiera por destino militar. Si su descendencia hubiera sido anónima (empieza a hacerse notoria, en Buenos Aires y solamente en Bs.As., allá por 1890) no habría en San Juan ni el recuerdo de su existencia y ni hablar de su filiación. Acá creo que juega un elemento psicológico. En San Juan son los dueños, con todo derecho, del “linaje Rawson” por el hecho de que Amán se instaló allí donde dejó una huella profunda y allí nacieron sus hijos, entre ellos Guillermo que junto con Sarmiento son las dos glorias nativas máximas. Pero lo cierto es que ni Juan de Dios ni B. Franklin ni Guillermo (estos dos a partir de sus 20 años aprox.) vivieron en San Juan. El único que vuelve de vez en cuando es B. Franklin que muere en Bs. Aires en 1871, a causa de la fiebre amarilla y de golpe unos Rawson en Bs. Aires hacen ruido aquí y allá. Y en San Juan se preguntarían quiénes son estos Rawson, quién los conoce? Si no descienden de B. Franklin o de Guillermo de dónde salieron? (quién se acordaría de áquel muchachito que 60 años antes había partido de la casa de Amán. Mutatis mutandi ¿y éste de donde sale, no es acaso el hijo del carpintero?).
(Aquí inserto una serie de recuerdos y anécdotas familiares que no tienen ninguna importancia, como digo en la nota 1, salvo para los descendientes de Juan de Dios y Elizarda Guiñazú. Los interesados en la filiación de Juan de Dios pueden obviar su lectura aunque no existe prohibición al respecto).
De entre los hijos de Juan de Dios se destacan fuertemente Elvira Rawson de Dellepiane, la segunda médica del país. La historia de su vocación es esta: Se recibe como la primera de la primera camada de maestras argentinas. En la ceremonia de graduación es la encargada de las palabras de ocasión. Está presente Sarmiento (sería allá por mil ochocientos ochenta y tantos) que se queda admirado de la brillantez de la exposición y le dice: “Señorita Rawson, ud. no puede conformarse con ser maestra” y allí decide entrar en medicina. Guillermo quiso conocerla pero ella, solidaria de su padre que nunca se reconcilió con aquel, no acepta la invitación. Posteriormente, ya casi médica concurre a las jornadas de la Revolución del Parque (1890) y sin importarle las tremendas balaceras socorre a moribundos y heridos. Con el tiempo tiene importante actuación política. Es coautora con Alfredo Palacios de varios proyectos de protección a los obreros, especialmente mujeres.
(pág.68) Su hermano, el Tte. Cnl. Franklin Rawson Guiñazú, destacado militar, encabeza en 1893 las fuerzas mitristas que derrocan al gobernador de Buenos Aires Julio A. Costa. Se cuenta que cuando llegaron, con el Dr. Belgrano reemplazante de Costa, a la escalinata de la casa de gobierno de la provincia aquel lo invitó a subirla y Franklin le dijo: “No Dr. Belgrano, los militares no debemos traspasar nunca este umbral”. Fundó con Emilio Mitre y Guillermo Udaondo el Partido Republicano. Fue designado Gobernador de Neuquén cargo que desempeñó entre 1893 y 1896. Roque Saenz Peña le ofreció el consulado general en Roma pero declinó el ofrecimiento. Desde principios del s. XX vivía la mitad del año en Europa. En Paris mantenía trato frecuente con Josefina Rawson de Castro Zelaya (vda. de Belgrano). Fue padre del Gral. Arturo Rawson que en 1943 desempeñó la presidencia de la República por 24 horas.
Manuel Rawson Guiñazú, también prestigioso militar, fue presidente del Club del Progreso varios años hasta que el advenimiento del peronismo lo alejó de toda actividad. Como su padre y su hermano Franklin fue fervoroso mitrista. Entre sus brazos murieron el Tte. Gral. Eustaquio Frías (el último oficial sobreviviente del ejército de la independencia) y el Gral. Emilio Mitre. Este le deja varias de sus pertenencias: entre otras el cuchillo de campaña que utilizó en la guerra del Paraguay y sus charreteras de Tte. General que él a su vez las dona al Museo Mitre. Esta condición de reconocidos mitristas debe haber sido en aquellos años una de las causas – amén de los méritos que hayan tenido – de lo notorio que se volvió su actuación. “La Nación ” (pero también, aunque en menor grado, La Razón , La Prensa , Clarín) les dedicaba grandes crónicas en cualquier momento: sus ochenta años, pocos años después obviamente su muerte y por fin los cien años de su nacimiento! Sobraba el tiempo y todavía no existía el problema de Papel Prensa.
Luego vienen los años del peronismo y allí el apellido Rawson (rama Juan de Dios) se vuelve un ikono antiperonista y revolucionario. La mayoría de sus miembros pasan por la cárcel, por la tortura, por el autoexilio o por la fuga: el general Arturo Rawson encarcelado, sus hijos los entonces capitanes Franklin y Arturo Rawson Borda se fugan al Uruguay después de un golpe fallido. Franklin Dellepiane Rawson, Franklin Adolfo Rawson Paz, y yo mismo presos (tengo el honor de haber sido el único miembro del ejército argentino – era soldado conscripto en 1955 – juzgado por el Consejo Supremo de la fuerzas armadas por los sucesos de junio de 1955). El día de la revolución fallida, el 16 de ese mes, habíamos participado con un grupo en la toma de una de las radios de la Capital (Radio Cuyo?). Cuando llegamos en la puerta estaba Roberto Dellepiane Rawson, querido tío mío que había concurrido solo directamente a donde le habían indicado. Su vestimenta de revolucionario para la ocasión era la suya habitual y permanente: de riguroso traje azul marino oscuro, zapatos negros que parecían siempre recién lustrados, elegantísimo. No bien nos encontramos me preguntó si me habían dado alguna arma. Después de mi respuesta me dijo que a él no le habían proporcionado ninguna pero se había provisto de uno de sus bisturíes con el que “hacía maravillas” (éramos los “famosos y temidos comandos civiles revolucionarios”). Cirujano plástico había hecho una práctica intensísima en un hospital de Londres durante la segunda guerra mundial. La toma de la radio fue cruenta en exceso. El coronel Walter Viader (entonces Capitán) que comandaba el grupo se llegó a las oficinas de trasmisión y anunció: “Señores esta radio está tomada”. No hubo necesidad de otra palabra ni de otra acción. Franklin Dellepiane Rawson (“Chicho”, festejante de Lucrecia Devoto de Godoy. Ver nota anterior antes del final) leyó una proclama revolucionaria. No mucho después nos enteramos que las tropas que al mando del General Bengoa debían llegar a la Capital desde Entre Ríos ni siquiera habían partido así que tan pacíficamente como tomamos la radio tan pacíficamente la desalojamos aunque poco más rápido. Horas después la mayoría (pág.69) estábamos presos. Manuel Rawson Paz autoexiliado tuvo años más tarde notoria intervención política (presidente del Banco Hipotecario Nacional durante la Revolución Libertadora, fundador y actor principal de la “Hora del Pueblo”). Mi tío Franklin A. Rawson Paz (el “Negro”) ya cercano el fin del primer peronismo, cuando lo invitaban a participar en la siempre latente revolución rehusaba diciendo: “ya se cómo es la cosa: Quiénes conspiran? los Rawson; dónde se reúnen? en lo de los Rawson; quién van presos? los Rawson” (al final no tenía más remedio que asumir su parte). También dos bisnietos de Guillermo y Jacinta Rojo, el capitán de navío Guillermo Rawson y su hermano Juan son activos conspiradores. El primero cae preso en 1955 (levantamiento del Alte. Toranzo Calderón) y el segundo fue el secretario del capitán de navío Aldo Molinari cuando éste era Jefe de la Policía Federal en los años de loa Revolución Libertadora, pero eran solo ellos dos, mi rama era un regimiento. Estas circunstancias originaron una aproximación en el trato entre los de Juan de Dios y los de Guillermo.
(12) - Antonio Aguilar “Hombres de San Juan. Dr. GUILLERMO RAWSON”, Editorial Sanjuanina, 1971, pág. 30: B. Franklin era “afectivo, amante de los niños, de la naturaleza, de los pájaros, de la armonía del color y en sus actos extremadamente bondadoso”. Pág. 32: “en 1838 pasó a Bs. Aires donde tuvo como maestro (de pintura) a García del Molino. Volvió a San Juan el año 1840” . Se expatría no mucho después a Chile. Regresa a San Juan en 1847.
(13) Confieso mi ignorancia de la historia Sanjuanina. Si estoy equivocado pido disculpas desde ya. Por otra parte la rigurosa memoria de Lucrecia me ha provisto del título para la biografía de Juan de Dios: “En los albores de la jardinería sanjuanina. La vida heroica de Juan de Dios Rawson”. Ahora me pregunto: existe alguien registrado ganándose la vida como jardinero en la década de 1840 en toda la Argentina ? O algún jardín en San Juan que requiriera los trabajos de un jardinero de profesión? Alguien sabe si la casa de Amán tenía jardín? Sarmiento dice que la huerta de su casa era del tamaño de un “escapulario”. Seguramente habría más de un jardín en Lima, la capital del Virreynato, donde no se escatimó esfuerzo por reproducir el ambiente y los detalles de la vida de la corte madrileña, pero en San Juan me suena como si me hubieran dicho que Juan de Dios era el “chef” de uno de los hoteles sanjuaninos en 1840.
(14) así me lo aseguran algunos amigos que le han echado una ojeada más o menos prolija a la obra. Sánchez podrá ratificar o rectificar esta afirmación.
(15) – De manifestaciones de Juan de Dios en su foja de servicios creo que su nacimiento podría retrocederse a 1831 pero me queda la duda si no fue un recurso para anticipar su jubilación. En nota al Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Gral. Alberto Capdevila, de fecha 2.10.895 manifiesta: “cuento en la actualidad 65 años” lo que lo haría nacido en 1830. Carlos Calvo en su “Nobiliario del Río de la Plata ” escribe que fue en 1840 (sin especificar día ni mes). Amen de no saber cuál es la fuente de este dato podríamos creer, hablando en broma, que se lo hubiera suministrado Lucrecia para hacerlo hijo de B. Franklin. Si Juan de Dios hubiera nacido en 1840 resulta, entre otras consecuencias, que hubiera casado con Elizarda Guiñazú a sus 15 años, por cumplir o recién cumplidos (Frdº Morales Guiñazú consigna el 28.11.1855 como fecha de su matrimonio. Le otorgo mucha fe a su testimonio no solo por la seriedad que se le reconoce a sus trabajos sino porque su rama mantenía estrecha relación con la de Elizarda. Sus padres Carmen Guiñazú y Nicasio Morales fueron los testigos, junto con Mentor Guiñazú, del casamiento de la hija mayor de Juan de Dios, Virginia Rawson Guiñazú con su tío Alcides Guiñazú Funes (Lº 11, fs. 96/97 de Mendoza). Guillermo Collado Madcur (pág.70) me acaba de confirmar (abril 2011) la fecha de Morales Guiñazú por que encontró las actuaciones matrimoniales con el acta de casamiento.
(16) – Una íntima amiga de mi madre, “Marilita” Videla Morón de Buguñá, hará de estos cerca de sesenta años, le trajo de regalo de San Juan, la fotografía de este autorretrato que lo conservan descendientes de Rosa Rawson de Cardozo. Según una anotación en el reverso este óleo le fue regalado a Rosa por B. Franklin. Por otra parte, un primo mío Oscar Rawson Paz, hace poco tiempo me dijo que creía que otro autorretrato del mismo (quizá una copia) fue donado por mi abuelo y su hermano Franklin Rawson Guiñazú al museo de Luján. Se que ambos hicieron varias donaciones al museo (por ej. un arcón de viaje de Godoy Cruz) pero no recuerdo haber oído nada de un retrato de B. Franklin y no he podido correrme a Luján hasta ahora para comprobarlo. Existía en casa de mi abuelo Manuel un busto de mármol, reproducción de la cabeza del monumento a Guillermo Rawson. Se deben haber repartido algunos en ocasión de la inauguración de la estatua. Finalmente el busto se donó a una escuela de la Capital Federal.
(17) De la importancia que tuvo Franklin en aquellos años basta con destacar entre quienes se encuentra en ese gran óleo. Además de toda la plana mayor política, ocho generales: Nicolás Levalle, José Mª Bustillo, Joaquín Viejobueno, Eustaquio Díaz Vélez, Julio de Vedia, Napoleón Uriburu, Ignacio Garmendia y Donato Álvarez, sólo tres coroneles: Juan Escalante, Antonio Gramajo y Nicanor Quirno, un vicealmirante, Mariano Cordero, un contralmirante, Bartolomé Cordero y un Cap. de Navío Martín Rivadavia. Él era recién teniente coronel y no hay otro militar aparte de los nombrados.
(18) Si no nos despojamos de toda vanidad y prejuicio social no haremos genealogía “científica” como le gusta denominarla a Carlos Jáuregui Rueda. Qué difícil! Obviamente es natural el apego a las tradiciones familiares y el amor, sin beneficio de inventario, a nuestros mayores y un legítimo orgullo por sus virtudes y sacrificios a veces heroicos.
(19) No puedo resistir de contar que es el único de mis tatarabuelos del cual he recibido una frase directa de sus labios. Le he oído a mi abuelo materno, Manuel Rawson Guiñazú, que muy chico y de vacaciones en la finca de de Luján de Cuyo, su abuelo Juan Antonio lo montaba con cierta energía sobre un caballo y le decía: “Ud. es mi capataz!” Y para recuerdo de sus descendientes otras dos anécdotas de Juan Antonio. Se había mandado hacer el cajón para su entierro y lo tenía debajo de su cama. En ocasión de una revolución resultó providencial pues se salvó escondiéndose en él. En una época empezaron a faltarle bueyes de su finca y las huellas llevaban invariablemente a lo de un primo Guevara. Hubo que enfrentarlo. Su pariente protesta indignado: “No se olvide primo que yo soy un Ladrón de Guevara!”, “Y de bueyes primo” replica al instante Juan Antonio. Inserto un cuento con sabor genealógico: Asdrúbal Guiñazú Rawson Guiñazú, recién egresado del Colegio Militar, antes de la gira que por Europa en aquellos años (comienzos del XX) se acostumbraba hacer en el Ejército Argentino, le pide a su tío Franklin Rawson Guiñázú un dinero para averiguar en Francia sobre los antepasados bretones de Juan Bautista Guinoyseau (el fundador del apellido en estas latitudes). Franklin le contesta “pero Asdrúbal estás mal de la cabeza! Cómo te voy a dar plata para eso! Pero estoy dispuesto a darte el doble de lo que me pedís si podés demostrar que no tenemos nada ver con ellos. Si son todos locos de remate!”. Contaba también “tío Franklin” que en una de sus estadías en Roma tuvo el privilegio de ser invitado a participar en una misa en la capilla privada del Papa (San Pío X). Siendo su madre Elizarda profundamente católica él y sus hermanos pertenecían a la generación de Roca, muy laicista y bastante incrédula y agnóstica. (pág.71) El cuento continúa que en medio de la consagración pudo contemplar como Pío X se levitaba, episodio que no alcanzó sin embargo para alterar su increencia.
(20) Aquí se me presenta la ocasión de agradecer un dato consignado por M. Sánchez en su Diccionario que podría dar la pista de esa “antigua capellanía”. En la pág.285 de su Diccionario cita a Petrona Martínez Robledo (h.l. de Eugenio Martínez y de Justa Robledo) “patrona de la Capellanía fundada por don Lucas Robledo” CM el 8.1.1807 con Pedro Doncel. Entre sus hijos no figura ninguna Mercedes pero la pista tiene que andar por ahí cerca. Y nuevamente tengo que mencionar a Jorge Lima Glz. Bonorino. El 14.4.2011 con el Diccionario en la mano y cayendo la conversación en Mercedes Martínez me preguntó si no me había fijado en el apellido Martínez. Y aunque parezca mentira tan obsesionado estaba con el tema de Juan de Dios que efectivamente no lo había hecho pero acometimos inmediatamente sobre ese punto y encontramos la noticia citada. Nuevamente la satisfacción de comprobar que los datos históricos que aparecen al menos no contradicen la tradición familiar.
Ultima Noticia:
Mi agradecimiento a Guillermo Collado Madcur no conoce solución de continuidad. Le había pedido que buscara entre 1825 y 1855 pero él extendió la búsqueda hasta 1870 pero con resultado infructuoso. Insistió sin embargo en la investigación y en mail del 22.4.2011 me hace saber que el siguiente gobernador al último que había encontrado es Juan Bautista Arístides Villanueva (1870-1873), porteño casado con la sanjuanina Vicenta Andrea Doncel Martínez.
Hija precisamente de los mencionados supra Da. Petrona y Pedro José Doncel Aramburu. Una vez más la comprobación de la seriedad de la tradición familiar que he recibido. La única diferencia en este caso es que el esposo de la hermana de Mercedes Martínez no era el gobernador de Mendoza cuando Juan de Dios pasa a vivir con ellos sino que lo fue después. Queda obviamente por documentar que Mercedes y Vicenta Andrea eran hermanas.
(21) espero que genealogistas mendocinos me ayuden a localizar a Mercedes Martínez (Doncel) y su familia, en una palabra a ratificar o desmentir la tradición familiar. Sin embargo a raíz de todo esto mis amigos Edgardo Acuña y Jorge A. Vera Ortiz me hicieron llegar la partida de bautismo de Virginia Rawson (cc su tío Alcides Guiñazú Funes, el muy menor de todos sus incontables hermanos Guiñazú), una de las primeras de la camada, en la que se consigna que es h.l. de Juan de Dios Martínez y (E)Lizarda Guiñazú (27.12.1859). En mi trabajo citado de octubre del 2006 (pág. 321) decía: “No conservo ni conozco documento de la infancia de Juan de Dios: partida de bautismo, nota escolar o lo que sea. Amigos sanjuaninos me dicen que la partida de su bautismo no existe y me pregunto (si se llegara a encontrar) si en ella se mencionará al padre o cómo fue inscripto. Porque en aquellos años, ante un hijo natural, se recurría a cualquier estratagema para disimularlo”. Con el tiempo y en reflexión inconsciente que aflora ahora, caigo en cuenta que la última posibilidad hubiera sido que figurara Amán Rawson como padre, más si había que proteger a la madre del ostracismo social. En la partida del resto de sus hijos (a excepción de Franklin que era el primogénito), todos nacidos después de su ingreso al ejército, Juan de Dios apellida Rawson. Podrían citarse a montones casos como el de Juan de Dios que podrían incluirse en un trabajo que la genealogía argentina se debe a si misma: Cómo se inscribían (i.e. bautizaban) los hijos naturales en el s. XIX?.
Es lamentable pero ocurre tantas veces: no se conserva en la familia ningún papel de Juan de Dios, a excepción de algunos diplomas con ascensos o condecoraciones que estaban en poder de su hijo Manuel. Como era costumbre entre los militares de su época debe haber tenido un (pág.72) importante dossier de correspondencia y quizá algún papel de su niñez, quizá algunas líneas de B. Franklin o de Amán su padre. Sucedió que, por su actuación en la conquista del desierto, le otorgaron 7.000 hectáreas sobre lo que hoy es la ciudad de Viedma, en Río Negro. Una sobrina política, ya fallecido Juan de Dios, se llevó todo su archivo creyendo que con él se hacía dueña de las 7.000 hectáreas . Asi me lo contó una de las hijas de Juan de Dios y de su segunda mujer hará ya unos 50 años.
(22) Por lo que se recuerda de Juan de Dios se ve que las convenciones sociales no le importaban mucho. En una de las numerosas bajas (casi siempre por insubordinación) que tuvo en el ejército el Jockey Club ya había abierto su sede. Tomó unas tiras de ajos, se las puso al cuello y se fue a venderlas a las puertas del club. No tuvo necesidad de repetir la venta al día siguiente porque le comunicaron rapidamente que lo habían reincorporado. Por el contrario estimaba grandemente las acciones militares. Su carrera militar no puede decirse que haya sido exitosa ya que sólo llegó a Teniente Coronel pero la fama que como guerrero dejó tiene que haber hecho impacto en su época. Se puede deducir de las crónicas con motivo de su muerte (13.4.1902) que se repitieron a los cien años de su nacimiento, (25.8.1933). Tanto en las exequias como en el acto por su centenario la lista de generales, entre ellos el ministro de guerra y personalidades que concurrieron es notable, aunque en parte, se haya debido al prestigio y relaciones de su descendencia (en áquel entonces).
(23) – Tengo entre mis papeles una genealogía inédita sobre los Belgrano Rawson (regalo de Eduardo Belgrano Rawson), obra de Arturo Joaquín Belgrano Rawson Coelho (1992), nieto de Josefina. A Juan de Dios lo hace hijo de un 2º matrimonio de Amán con Mercedes Martínez. Obviamente lo de “2º matrimonio” es una cortesía de Arturo Joaquín. Guillermo Collado Madcur dice que lo mismo afirma Horacio Videla en su “Historia de San Juan”, tº VI (Bs.Aires, Academia del Plata-Universidad Católica de Cuyo, 1989) capítulo “Hechos varios de la época”, pág. 984. Conservo también una tarjeta de Josefina Rawson de Castro y de su hija Josefina Belgrano Rawson con motivo del centenario del nacimiento de Juan de Dios: “Saludan cariñosamente al Sr Manuel Rawson (Guiñazú) y flia y de corazon los acompañan hoy. s/c Viamonte 1481 4º piso”. Rosa Rawson (f.1894) la otra hija de Amán casi no tuvo contacto con las ramas de Bs. Aires por razones temporales y geográficas dado que permaneció siempre en San Juan.
(24) Si le interesara a alguien lo pongo a su disposición con solo enviarme por e-mail el pedido y esperar unos días ya que pertenezco irreversiblemente a la generación anterior a la computación y debo esperar la ayuda de un alma caritativa.
(25) Podría hacerse todo un estudio sobre las partidas de bautismo de los hijos naturales hasta el s. XX. Llenaría más de un volumen. Es un trabajo que los genealogistas le están debiendo a la genealogía argentina.
(26) Juan de Dios c/Elizarda Guiñazú fue padre de diez hijos de los cuales solo cuatro llegaron a adultos. He rescatado el nombre de los siguientes:
Juan de Dios b. 17.11.1856. (datos de Guillermo Collado Madcur). Debe haber fallecido antes del que sigue.
Franklin de la Esperanza, n. 17.12.857 en Luján de Cuyo, Mendoza. Falleció el 4.7.1944. Fué padre del Gral. Arturo Rawson (cc Delia Borda Alsina) y de Sara Rawson (cc Enrique Molero).
(pág. 73) Emilia Virginia b. 17.12.1859, cc su tío Alcides Guiñazú Funes. Tuvieron 16 hijos.
Manuel Lino Francisco, b. 23.9.861, en Rojas, Bs. As. Casó con Manuela Paz. Tuvo ocho hijos:: Juan y Elvira Rawson Bustamante; Hernán Manuel cc Elba Pérez Colman, Dora cc Carlos Alberto Espina, Juan Carlos, Oscar cc Alicia Chiodi, Franklin Adolfo y Manuel Alberto Rawson Paz cc Susana Coelho.
Juan de Dios, falleció joven, soltero, recibiéndose ya de médico, sin sucesión.
Elvira del Carmen, b. 26.9.1865, en Junín, pvcia. de Bs. As.
Elvira, n. 19.4.1867, en Junín, prov. de Bs. As. cc Manuel Dellepiane. Fueron padres de: Manuel; Julio; Juan Carlos; Roberto (cc Emma Stump); Raquel Haydée (cc Juan Gerónimo Mendiburu), Franklin (cc Nelly D'Angelo Rodriguez) y Elvira (cc Alberto Pastorino).
Trinidad Rosario b. 5.8.1872 en Santa Fé, no debe haber superado la infancia.
Separado de Elizarda Juan de Dios fue padre de otros tres hijos (última década de s. XIX). Dos mujeres y un varón al cual nombró Amán.
De los hijos de Juan de Dios M. Sánchez menciona a cuatro: Manuel Lino Francisco, Franklin, Virginia y Elvira. De los hijos de Manuel solo a Manuel Alberto, Hernán Manuel, Dora y Oscar. Le adjudica además una hija inexistente: Esther Rawson Paz. Y para que no parezca que consiento un error digamos que la madre de Manuela Paz era Tránsito Campero Villegas Funes y no Campero Villafañe (dato que ha tomado de Carlos Calvo).
(27) En mi citado trabajo sugerí la hipótesis de que Rosa fuera la primer Rawson argentina, o sea la primogénita de todos los hijos de Amán en estas tierras o bien nacida inmediatamente después de sus hermanos Rawson Rojo. Sánchez nos dice que falleció el 15.7.1909 de 85 años lo que robustecería la segunda alternativa (habría nacido en 1824) pero el censo nacional de 1869, al que he tenido acceso hace poco le atribuye 50 años y la estima nacida en 1819 con lo que se refuerza la primera (la “primogénita” del apellido Rawson en Argentina).
(28) – Págs. 319/20 de mi artículo “El apellido Rawson en la Argentina. El Dr. Amán Rawson y su descendencia”. (publicación nº 2 de GENS NOSTRA), el cual puede verse en este blog. Guillermo Collado Madcur que también recoge la misma información en la “Publicación Anual Nº 2” Año II-Nº 2-2009, del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan, pág. 35, cita trabajo.
(29) Archivo Histórico Nacional (Sucesiones, Leg. 8.012).
-Noviembre 7 de 1890. Jacinta Rojo de Rawson reconoce a Adolfo Rawson como hijo natural de Guillermo. Textualmente: "Jacinta Rojo de Rawson sin revocar el poder que tengo conferido en los autos testamentarios de mi esposo el Dr. Don Guillermo Rawson ante VS como mejor proceda digo: Que al iniciarse esta testamentaria mi apoderado manifestó el reconocimiento como hijo natural del causante, a (pág. 74) don Adolfo Rawson y en virtud por el deceso de éste, se dió intervención a su esposa doña Sofía Zavalía de Rawson. Como este reconocimiento de hecho mi esposo en diferentes actos públicos, habiéndome manifestado muchas veces, es mi deber, cumpliendo su voluntad, reconocer como lo hago por hijo natural a Don Adolfo Rawson y en representación de éste a sus legítimos hijos Don Guillermo, Don Adolfo y Doña María Justina Rawson y Zavalía para que en su nombre sean ( ) los bienes dejados por mi esposo el Dr. Don Guillermo Rawson con arreglo a lo que dispone el C. Civil vigente. Dígnese VS ordenar se tenga presente esta declaración que estoy dispuesta a ratificar ante el actuario si fuere necesario. SERA JUSTICIA". (se ratificó ante el actuario el 8.11.890).
(30)- E.B. Crane “Adoptó una hija que ha sido educada en su familia”, el “Dr. Adolfo Rawson, único hijo, …”. Este texto fue reproducido en el libro “RAWSON. Su monumento”, págs. 166/67.
-Antonio Aguilar “Hombres de San Juan. Dr. GUILLERMO RAWSON”, Editorial Sanjuanina, 1971, pág. 37. La hija. Fue adoptada por el matrimonio. Encontramos una mención de su hija en una carta “Impresiones en los Estados Unidos” del año 1876, dirigida a una amiga: “El tren seguía corriendo; mi esposa y mi hija se habían retirado ya a su aposento y acomodándose en sus camas; yo me quedé afuera todavía por una hora, entregado al éxtasis de aquella visión que parecía sobrenatural y fantástica”.
(31) – En su trabajo (ver nota 18) Arturo Joaquín no menciona a Jacinta Rojo ni como madre de Josefina ni siquiera como esposa de Guillermo: “Joaquín Mariano Belgrano y Villarino Marquez C.M. con Doña Josefina Rawson, hija del Dr. Guillermo Rawson; vivió hasta que su padre murió, con él, y le cerró sus ojos. Había nacido en Buenos Aires el 16 de agosto de 1870 y murió en Olivos el 16 de octubre de 1940.”
(32) Si se pudiera llevar a cabo un ADN universal, cuántas de nuestras genealogías quedarían incólumes?.
Nota final: los agradecimientos suelen ubicarse al inicio del al trabajo. Los hago aquí porque sino hubiera adelantado los argumentos de mi artículo. Se trata de evidencias que por ser tan evidentes corrían el riesgo de pasar desapercibidas. Además yo me encontraba en medio de una maraña de pensamientos que me obscurecían su visión. Amigos míos me hicieron ver los ejes principales de la cuestión. El primero es el disparate del “jardinero sanjuanino” en la década de 1840 que me lo hizo notar Jorge Lima Glz. Bonorino “al toque”. No bien terminada mi charla Ernesto Spangenberg me pidió que sobre la misma hiciera un artículo para el Boletín del Instituto y el “falso silogismo” de la argumentación de Sánchez fue una conclusión inmediata de Miguel Angel Espeche Gil; el silencio elocuente de B. Franklin y Guillermo Rawson se lo debo a Horacio Velasco Suárez. Por su parte Carlos Jáuregui Rueda me acercó informaciones puntuales sobre el marco sociológico de la época. A todos ellos mi agradecimiento. También quiero agradecer a Guillermo K. Collado Madcur, presidente del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan, que no bien enterado de los hechos me ofreció tribuna en tierra sanjuanina para exponer sobre el tema todo lo que estimara y deseara conveniente y últimamente con rapidez asombrosa me ha hecho llegar datos que vengo buscando desde hace décadas.
Las ilustraciones del quepis y el jardinero fueron tomadas de las páginas fullaaventura.com (Historia del quepis en el Ejército Argentino, de D. Julio Luqui Lagleyse) y casa-jardin.net.
Las ilustraciones del quepis y el jardinero fueron tomadas de las páginas fullaaventura.com (Historia del quepis en el Ejército Argentino, de D. Julio Luqui Lagleyse) y casa-jardin.net.
Mails intercambiados en esta controversia.
-11.6.11. Nueva fina intervención del sr. Sánchez exhibiendo toda su capacidad académica y su profunda humildad de católico. Lo subrayado es mío y en cursiva algún comentario inevitable.
“Estimados: No es mi intención la de entrar en discusiones con el sr. Espina Rawson, al que he contestado en mi escrito por medio del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, que es para mi el medio correspondiente. Lamento que le haya afectado tanto el hecho de esta controversia de su antepasado, no debe ser fácil para ninguno de nosotros que despues de tantos años nos vengan a discutir cosas que dabamos por hecho y mas cuando se trata de nuestro referente histórico familiar. Quiero decirle que si es cierto que soy un recolector de informaci{on, la recolecto en los archivos, trato de no inventar nada, solo trato de transmitir lo que dice los documentos, y en algunos casos, y haciendo salvedades, las tradiciones orales. Es muy dificultoso el estudio genealógico de San Juan, ya que como vemos en el caso de Juan de Dios Martineínez (o Rawson), todo está lleno de interrogaciones, donde casi nada es verdad. Esto lo vi en numerosas familias, ya que la moral de la época, hacía que se ocultara la verdad, para no pasar la vergüenza de no tenerla, y no sentirse menoscabado por otras familias que eran orgullosas de su estirpe y de sus valores tradicionales. El cambio de apellido se da numerosas veces, yo cité varios ejemplos en mi libro. No he querido en mi libro hacer juicio de valores, sino el de poner la información que encontraba, por supuesto que internamente hago mis propios juicios, que responden a mi educación religiosa y moral. Pero eso queda por ahora en el ámbito estrictamente privado. No a huyo ningún debate (pero tampoco nunca lo acepto)., siempre que se plantee en forma caballeresca, no admito “o debatís o sos un cobarde”, primero aclaro que para debatir debo considerar a mi oponente de igual o mejor condición (intelectual, social, etc) (según me dicen nunca lo encontró y a priori nunca lo encontrará. Quién podría igualar su condición?), al sr. Espina Rawson no lo conozco, pero en la forma que escribió su blog, y en su forma agresiva de dirigirse hacia a mi, hace que se le dificulte esa posibilidad, ya que aca si, aplicando mi juicio de valor, no califica que tenga esa oportunidad (nueva muestra de humildad religiosa). Yo no se como fue educado el sr. Espina Rawson, solo conozco su genealogía sanjuanina (ahora resulta que al final la conoce, entonces Amán es o no es el padre de Juan de Dios? Por favor alguien que me provea del tatarabuelo que me falta), que comparada con la de mi familia es muy distinta, ya que se manejaron con otros códigos morales (que historiador asombroso!), como podrán ver mi apellido no fue transformado en ningún momento (a). Esto lo traigo a colación para aclarar mis usos y costumbres familiares que hace referencia el sr. Espina Rawson. Disculpen si alguno se siente molesto por mis palabras, pero creo que el sr. Espina Rawson se le debe poner un límite, ya que su comportamiento y sus escritos dejan mucho que desear y no conforme con la discusión genealógica, lo lleva a un plano personal, tratando de ofender mi educación y ancestros (b), convirtiendo una discusión genealógica en un conventillo. Es un lamentable manotón de ahogado para salvar qué? (c) Pido nuevamente disculpas, a los demás miembros esta es mi última respuesta, sobre este tema, quedo a vuestra disposición para todos los temas genealógicos en que pueda ayudar. Saludos. Marcelo Ignacio Sánchez.
-(a) – Me contaba Horacio Velasco Suárez, ya no puede ser testigo de esto pero seguramente genealogistas sanjuaninos o el mismo M. Sánchez podrán ratificarlo o desmentirlo, que no podía encontrar la partida de bautismo de su antepasado Videla en San Juan cuando en conversación telefónica éste le dijo: “Pero Don Horacio, la teníamos bajo los ojos y no nos habíamos dado cuenta. Mire aquí está es la de Epifanio Nuñez (el nombre no lo recuerdo pero del apellido estoy casi seguro)”. O sea un caso como el de Juan de Dios, hasta cierta edad fue Nuñez y luego usó el apellido que por varonía le correspondía y terminaba Horacio diciéndome: “pero este muchacho habla como si no fuera también antepasado suyo!” (un oprobio asi es insoportable. Sería vendría abajo toda la moral de la estirpe).
-(b) – En ningún momento he ofendido o querido ofender a “ancestros” de Sánchez ni de nadie. Por el contrario pienso con total certeza que tanto sus padres como el resto de su familia deben tener muy poco en común con M. Sánchez. De todos modos si se ha sentido ofendido en este punto puede quedarse tranquilo, jamás ha sido esa la intención. Si esto es lo que le impide mantener un debate público y personal conmigo puede obviarlo. Le pido desde ya todas las disculpas que traben su decisión.
-(c) - Yo ya no puedo salvar nada, su verdad me ha derrotado definitivamente. Creo que la reacción infantil de Sánchez es la del orgullo herido. Cada vez que me viene a la cabeza este mensaje no puedo dejar de imaginarme la reacción de la Chilindrina (uno de los personajes de la serie mejicana del Chavo) cuando agotada sus razones o por no tener ninguna gritaba: “¡Chusma, chusma, chusma!”
-11.6.11 (mail de Mariano Espina Rawson al Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas).
Todas las cosas que hacemos y decimos, todos nuestros gestos que como seres humanos expresamos son como huellas digitales que vamos dejando de nuestra personalidad. Se manifiesta claramente en el último mail de M. Sánchez. Que cada uno juzgue. En ningún lugar de mi blog lo he insultado y mucho menos a ningún miembro de su familia que me merecen en tanto no conozco a ninguno el mayor de los respetos, solo tengo referencias de aquellos parientes suyos que como miembros de la Comisión de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson publicaron allá por 1930 que el "Cnl Juan de Dios Rawson era hijo del Dr. Amán Rawson y de Doña Mercedes Martínez". Si veo que continúa haciendo afirmaciones que no se sostienen en nada ("ya que como vemos en el caso de Juan de Dios Martinez o Rawson, todo está lleno de interrogaciones, donde casi nada es verdad". A qué documentación se refiere?). Lo felicito por el hecho de que todos sus antepasados sean hijos legítimos. Es un gran mérito para ud. Por otra parte ofender a más de mil kilómetros de distancia y por mail es muy cómodo y no hace falta mucho coraje. Pero que afirme que "no huye a ningún debate" a esta altura solo puede provocar risa. Todo lo demás que tenga que decir lo diré en la próxima sesión del Instituto y si viene por Bs. As. directamente a ud. Mariano Espina Rawson.
-12.6.11
Agradezco las presentaciones de Ana María Presta, del Dr. Linares y de Aldo Beliera. Como todos saben es mi primera experiencia en este tipo de situaciones. Me llamaba la atención el silencio de los demás miembros. Por eso recibí con tanta satisfacción el mail de Carlos Avellaneda. Sin remontarnos al origen remoto de la controversia (sept. 2010) el más inmediato fue mi pedido de debate personal con M. Sánchez. Fue respondido por Diego Herrera Vegas e inmediatamente mi contestación a su respuesta. Luego llegaron los mails de M. Sánchez y mis respuestas. Ruego la lectura atenta de cada uno de los mails y los diferentes lenguajes utilizados. Si he faltado en algo al estilo debido señalenmelo porque no tengo conciencia. Mi intención es pedir, no se si corresponde por Reglamento, un Tribunal de Honor para que emita juicio sobre todo-lo-acontecido. Mariano-Espina-Rawson.
Ya he solicitado con fecha 15.6.2011 la formaciòn del Tribunal para juzgar no las dos conductas sino solamente la mìa.
-12.6.11. (Comentario en la libertad de mi blog) En nuestra tierra todo lo que comienza tiene su fin. Aquí parece que vamos llegando a él. Nuevamente la negativa al debate. Todas las cosas que hacemos y decimos, todos nuestros gestos que como seres humanos expresamos son como huellas digitales que vamos dejando de nuestra personalidad. M. Sánchez en su mail nos muestra su autorretrato: nos exhibe con nitidez su buen gusto, su delicada distinción, la seriedad y coherencia de sus dichos y actitudes, y sobre todo su coraje. Ha encontrado ahora la excusa de que lo he insultado en mi artículo de mi blog, cosa que antes no había advertido porque con ciertas condiciones estaba, según decía, dispuesto al debate. Ahora sigue presto para aceptarlo pero diferencias socio-culturales se lo impiden. O sea que al final no acepta. Esta última excusa es un poco ridícula en si misma. Sería necesario para cualquier debate establecer la paridad de los participantes. Llama más la atención en tanto se proclama católico (apostólico romano?) dado que esa condición debiera impedirle toda discriminación. De todos modos en este tema coincido totalmente con él. Las diferencias son palmarias y se han hecho más evidentes a medida que se fue desarrollando el no debate. No lo he insultado y mucho menos a ningún miembro de su familia que me merecen, en tanto no conozco a ninguno, el mayor de los respetos, solo tengo referencias de aquellos parientes suyos que como miembros de la Comisión de Homenaje al Dr. Guillermo Rawson publicaron allá por 1930 que el "Cnl Juan de Dios Rawson era hijo del Dr. Amán Rawson y de Doña Mercedes Martínez". Merecen toda mi estima al igual que el sr. Horacio C. Videla también integrante de dicha Comisión. Sánchez estimará por el contrario que eran ignorantes, que falseaban la verdad o que simplemente mentían? Si veo que continúa haciendo afirmaciones que no se sostienen en nada ("ya que como vemos en el caso de Juan de Dios Martinez o Rawson, todo está lleno de interrogaciones, donde casi nada es verdad") No comprendo como con tal poder de fuego y teniendo enfrente solo “meros chismeríos” (sic) no se decide al debate. Pero que afirme que "no huye a ninguno” solo es una tomadura de pelo a si mismo. En algún momento sin embargo tendrá que hacerlo. Mariano Espina Rawson.
Nota final (en este terreno y si Dios quiere!) Pensaba como desea todo genealogista publicar un folleto sobre mi apellido materno o sea sobre la descendencia del Dr. Amán Rawson. Folleto y no libro porque de Amán a nuestros días todavía no han transcurrido doscientos años (llega a estas tierras en 1818) y en consecuencia son pocas las generaciones transcurridas. Pero va ser más voluminoso de lo que pensaba porque incluirán todos los mails intercambiados en los diversos sitios de la web. Los que lo lean, ahora o de acá 50 o 100 años pienso que se divertirán, algunos dirán que somos un par de estúpidos y otros le prestarán seria atención. Me disculpo a mi mismo por lo que me cabe en parte dado que me encontré en medio del conflicto sin haberlo podido imaginar previamente y sin poder dejar de defender a Juan de Dios de la acusación de mentiroso, falsario del cual sin embargo, M. Sánchez dice con mucha generosidad en su último artículo publicado en el Boletín de mayo-junio de 2011, n° 264. (recomiendo su lectura) “que fue un hombre valiente y destacado” (de dónde lo habrá sacado? La tradición familiar sostiene que era (perdón!) un “jodido” y de muy pocas pulgas). Con respecto a este trabajo suyo lo analizaré punto por punto pero dentro de unos meses porque deseo finalizar otros trabajos que están en el freezer por toda esta pérdida de tiempo que quizá no lo sea. Pero no puedo no ceder a la tentación de comentar algunas perlitas. En primer lugar digamos que no aporta con relación a la filiación de Juan de Dios nada nuevo. Acompaña el acta de casamiento de Juan de Dios Martínez y Elizarda Guiñazú y los bautismos de sus hijos Franklin y Virginia. La búsqueda le consumió nada menos que siete meses! Hubiera leído con atención mi artículo y se hubiera ahorrado el trabajo. También podría habérselos pedido a Guillermo Collado Macdur y no dudo que éste, con su habitual generosidad se los hubiera dado inmediatamente. Afirma refiriéndose a mi “no tiene cartas, expedientes militares NI NADA” (sic). Le vuelvo a repetir que lea mi blog. Ahí encontrará entre otras cosas el testimonio de su querido amigo Horacio Videla (que lo hace a Juan de Dios hijo legítimo! de Amán y el de sus parientes que integraron por 1930 la Comisión de Homenaje a Guillermo Rawson que sostienen explícitamente su filiación (ver nota 2 de mi trabajo). Este caso es notable porque yo les concedo, como podría ser de otra manera, la máxima consideración y respeto pero para M. Sánchez al parecer se trata de ignorantes o lo que es peor de mentirosos! La foja de servicio de Juan de Dios Rawson la puede ver en el Archivo Militar. Mi trabajo le ha permitido también corregir (a) y mejorar notablemente el suyo, aportes que aprovecharé y agradeceré puntualmente a su debido momento. Pero podría señalarle omisiones que ya se las hice notar y para las que todavía no ha encontrado respuesta alguna, nuevos errores (lo convierte al santo varón de Guillermo en incestuoso, su mujer, Sánchez, es Jacinta Rojo su prima segunda y no Justina que era su madre fallecida tantos años antes. Esto lo sabe perfectamente pero repite el error varias veces. Se ve que el artículo fue redactado con el acelerador a fondo y no hubo tiempo de hacerle una repasada) y argumentos que se contradicen con otros (cuando conviene acepta las tradiciones orales y cuando no, se trata de “meros chismeríos”). Repite que me siento ofendido. En verdad ni la uña del dedo chico del pie izquierdo. Si confieso que me ha irritado y grandemente. Yo no le adelantaré nuevas preguntas (montones!) en la esperanza de encontrarlo personal y públicamente, cara a cara, en el terreno en que las circunstancias lo obliguen a hacerlo (en el Instituto de Discriminación por ahora imposible, es público los problemas en que se encuentra) porque tratándose de un investigador muy serio según nos afirma continuamente, es sin embargo aún mucho más rápido y escurridizo. De un tío mío alguien decía “más difícil de agarrar que anguila en una lata de aceite”. Un verdadero talento!
(d) Afirma creer ahora “que ni siquiera fue criado por Benjamín Franklin Rawson”, pero acaso no se lo había dicho Lucrecia Devoto? No era una de sus dos afirmaciones capitales? Pero si la cosa es así está claro que aumentan las posibilidades de que Amán sea su padre asi que mejor ponerlo entre paréntesis pero no se negar la posibilidad que lo sea. Muchas gracias M. Sánchez, no sabés cuánto te lo agradezco! Es cierto que a la pobre “Doña Mercedes Martínez” no la deja muy bien parada porque también podrían haber sido “alguno de los sanjuaninos de la época más todos los extranjeros que pasaron en ese tiempo por San Juan” pero ahora Amán ha ingresado en el grupo selecto de los candidatos. Y después de haberlo ascendido de criado a “jardinero” ahora lo rebaja de “jardinero” a un chico “que le limpiaba el jardín y hacía de todo un poco” Que chico tan raro! No lo acepto de ninguna manera. No le pueden quitar el honor de haber sido “el primer jardinero sanjuanino”.
En síntesis de sus dos pilares para sostener aquello de “están equivocados los genealogistas que afirman que (Juan de Dios) es hijo natural de Amán Rawson y Mercedes Martínez” en su Diccionario Biográfico y Genealógico, transcurridos ocho meses de su charla nos deja sin ninguno. Pero por favor que nadie vaya a poner en duda la seriedad y profundidad de sus investigaciones!
Benjamin Franklin Rawson
Elvira Rawson Guiñazu
Elizarda Guiñazu de Rawson
Franklin Rawson Guiñazu
Franklin Rawson Guiñazu en un fortín a los 8 años de edad aprox.
Juan de Dios Rawson luciendo en su uniforme las condecoraciones
obtenidas por su participación en la guerra con el Paraguay
Juan de Dios Rawson Guiñazu
Juan de Dios Rawson recién ingresado al Ejército
Manuel Rawson Guiñazu con su uniforme militar
Manuel Rawson Guiñazu cuando contaba 80 años de edad aprox.
No hay comentarios:
Publicar un comentario